Baños Rocío II
Foto: Alejandra Carbajal

Baños de vapor en la CDMX

Con sudor en la frente y toalla en mano, redescubrimos la tradición de los baños de vapor en la ciudad

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Conocí a Kevin, un canadiense ansioso por un poco de sol, mientras deambulaba por la Zona Rosa. Yo buscaba cosas nuevas para esta sección, mientras él descubría la oferta del barrio gay de la ciudad. 

Tropezamos por el gentío que se aglutina en la acera donde se juntan el 42ND Street Café, el Lollipopy el Papi Fun Bar. Volteó la cabeza para ver mi camiseta de My Bloody Valentine y le sostuve la mirada, porque tenía esa forma de coger el cigarro que me derrite, presionando la boquilla con las yemas del pulgar y el índice. Platicamos un rato en la calle y decidimos entrar a la Botica Mezcalería. Kevin parecía algo desilusionado: la Zona Rosa no era precisamente lo que había pensado. 

En ese momento recordé la tradición de los saunas defeños, mejor conocidos como vapores. Comenzaron como una alternativa de relajación, pero por su aislamiento y sus áreas divididas para hombres y mujeres, se convirtieron en espacios de los que se adueñó la comunidad homosexual. Los vapores son una parte importantísima en la identidad gay de la ciudad. Así que invité a Kevin para que me acompañara a visitar algunos vapores y que conociera una cara distinta de la vida gay.

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Baños de vapor en la ciudad

  • 3 de 5 estrellas
  • Gay y lésbico
  • Mixcoac
  • Crítica de Time Out
Entre una tienda y una estética, los baños Molinos son la oferta de vapores en la zona de Mixcoac de la Ciudad de México. A pesar de ser un lugar familiar, la comunidad LGBTTTI se ha adueñado del vapor general y me di una vuelta para ver qué tan bueno era. Los Baños Molinos cuentan con vapor turco, sauna y vapor general con masajistas como cualquier otro, la entrada cuesta $120 y ofrece las bebidas tradicionales como sangrías, agua mineral, refrescos y aguas de sabor.
Baños Finisterre
  • Gay y lésbico
  • San Rafael

Es el clásico de la comunidad gay defeña. Prácticamente cualquier día de la semana hay ambiente, aunque los de más afluencia y movimiento (literalmente) son los sábados y domingos a las 8 de la mañana, pues los Finisterre funcionan como afterhours después de que los antros gay cierran sus puertas. Al Finisterre asisten hombres de todas las edades, tamaños, complexiones y profesiones. 

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  • 3 de 5 estrellas
  • Gay y lésbico
  • Cuauhtémoc
  • Crítica de Time Out
Alojados en la zona centro, los Baños Señorial son famosos por dos cosas: su higiene y sus instalaciones. La mayoría de los baños de la Ciudad de México no están tan limpios como parecen; se agradece que al entrar al vapor del Señorial el olor a cloro industrial no te queme la nariz. Sobre sus instalaciones, cuentan con cómodos privados equipados con pantallas de plasma que invitan a ver una película después de un buen duchazo. Los pequeños camastros realmente son cómodos y no tienen sábanas con el logo del Seguro Social: están limpias y huelen bien.
  • 3 de 5 estrellas
  • Gay y lésbico
  • Buenavista
  • Crítica de Time Out
Los Baños Regios cuentan con 40 años ofreciendo agua caliente y un lugar para relajarse a todos los visitantes de la Guerrero, por el Metro Hidalgo, en la Ciudad de México. Cuentan con el servicio de vapor turco y sauna, pero lo que vale la pena en estos baños son los cuartos ejecutivos, los cuales están equipados con TV, regaderas, “iluminación relajante”; la cual consiste en la intensidad de la luz, jacuzzi, vapor o sauna. Estas habitaciones cuestan $95 por una persona, con derecho a dos horas o $160 para dos personas con duración a dos horas y media. Si lo tuyo es la convivencia y hacer nuevos amigos, te recomendamos el vapor general que cuesta $60 y si vas acompañado por $70 tienes un privado.
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Baños Rocío (Tlalpan)
  • Gay y lésbico
  • Portales
La fama de este baño se debe a que era frecuentado por el escritor y ensayista Carlos Monsiváis. El cronista nunca hizo pública su homosexualidad, hasta que el flautista Horacio Franco puso una bandera de arcoíris sobre el ataúd el día que fue velado en el Palacio de Bellas Artes.

Aquí Monsiváis daba rienda suelta a su orientación sexual. Como en casi todos los baños, la acción sucede en el vapor general. Los jueves poco antes de que la noche tapice el cielo, la mayoría de los clientes gay tienen pinta de estudiantes con refrescos minerales sabor toronja, una bebida popular en los vapores de la Ciudad de México.
  • Gay y lésbico
  • Valentín Gómez Farías
Aunque no tiene nada que ver con el tradicional baño homónimo de Tlalpan, se conoce como Rocío II. Es una buena, aunque lejana opción, para descargar el estrés de la semana. No se caracteriza por el glamour ni por tener una clientela con cuerpo de actor porno.Hay que tirar uno que otro prejuicio, así será más fácil ligar y pasártela bien.
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Baños San Juan
  • Gay y lésbico
  • Cuauhtémoc
Cuentan con una peluquería que vale la pena probar. Son frecuentados por hombres mayores de 30 años (aunque son machos de verdad) y la acción en el vapor general es de las menos agitadas. La dinámica aquí es la de ligar y luego rentar un privado. Por ahí dicen que los vapores de la Ciudad de México tienen cierta similitud con los baños hindúes.
  • 3 de 5 estrellas
  • Gay y lésbico
  • Anzúres
  • Crítica de Time Out
A principios de 2013, este sauna gay sufrió un asalto que acarreó un par de contratiempos. Después de su reapertura, algo cambió para bien. El Sodome sigue siendo ese espacio de hombres con tan sólo una toalla atada a la cintura y sandalias (a veces ni eso). Hay cosas que no se pueden controlar cuando decenas de hombres gays desnudos andan del vapor al laberinto oscuro (que se encuentra en el segundo piso). Pero la convivencia se ha relajado bastante, casi a niveles hippies.
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