Libros para disfrutar la soltería

Atravesada por el desamparo, en esta novela los personajes se afantasman y van dejando cada vez más sola a la protagonista y narradora, Verónica. Primero —a medida que recuerda la relación que tuvo con el Tordo, un hombre que la dejó por otra mujer—, la casa que comparte con su hermano y con su madre se va quedando vacía. Después tiene un par de encuentros fugaces con un hombre que no puede entenderla por las barreras del lenguaje. Y, finalmente, entabla una nueva relación con otro hombre que al final también la deja sola. El título de este libro proviene de la teoría de conjuntos —una narrativa visual con diagramas de Venn acompaña el desarrollo de la novela—, de la que echa mano la narradora para explicarse su propia historia: “La soledad es invisible, se atraviesa sin saberlo, sin darnos cuentos”.

Verónica Gerber, Conjunto vacío, Almadía, 2015.

Se trata de una serie de relatos en los que Yunior, un dominicano —marcado por estereotipos de clase y género como un macho latino— que vive en Nueva Jersey, despliega su pasado como quien muestra las heridas de guerra el amor perdido: las relaciones que tuvo con distintas mujeres y cómo las perdió. Esta colección funciona un carrusel de diapositivas que nos muestran los fracasos amorosos de Yunior, quien, en algún punto, admite en un arranque de sinceridad y patetismo espoleado por el flagelo de la soltería: “Soy como cualquier otro: débil, lleno de errores, pero en el fondo soy bueno”.

Junot Díaz, Así es como la pierdes, Literatura Random House, 2013.

En esta novela, un hombre joven que vive en una buhardilla de París y que ha renunciado a todo (a la compañía, a tener un trabajo) y se ha dedicado enteramente a cultivar su soledad, narra la inercia con la que pasan sus días grises en segunda persona, como quien se interpela a sí mismo. En última instancia, Perec escribió un libro sobre la futilidad de nuestras vidas en el mundo moderno, sobre la dolorosa paradoja de vivir en una ciudad rodeado de millones de personas pero más solo que nunca.

Georges Perec, Un hombre que duerme, Impedimenta, 2017.