El Samurai
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Restaurantes en la Nápoles

Descubre los lugares para comer que esta colonia de la CDMX tiene para ti

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Si el ir a comer te resultaba un conflicto, en esta zona de la CDMX encontrarás los mejores sabores gastronómicos que van desde comida mexicana hasta comida rápida. Para ir solo, entre amigos o simplemente para adelantar un trabajo, la Nápoles te ofrece una gama de espacios para comer según tus necesidades y el financiamiento de tu billetera. 

Cuando termines tu alimentos date una vuelta por el Polyforum Siqueiros o lleva a tus niños a hacer ejercicio al Parque Alameda Nápoles en sus tobanes y columpios coloridos.

Los mejores lugares para comer en la Nápoles

  • Nápoles
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

No te podemos llevar a la playa, pero sí te podemos dar tu mesa con vista al mar; esa opción se encuentra en plena Nápoles, sobre la calle Nueva York. Con vista al mar es un nuevo lugar pequeño pero coqueto y divertido, con letreros tipo rótulo, de esos que se escriben a mano. Y, a pesar de su tamaño, es imposible no ver este lugar: su color verde, sus mesas al exterior y su buena vibra harán que te detengas, si no de antojo, al menos sí de curiosidad. Su menú tiene opciones frescas como el pulpo enamorado, la torre buchona (camarón cocido y crudo, pulpo, jaiba y atún) y un par de aguachiles y ceviches. Si prefieres taquear, hay de longaniza de camarón, de chicharrón de pescado, de carnitas de atún o de camarón capeado. No pueden faltar las tradicionales empanadas de camarón, el chilpachole de jaiba y las estrellas de la casa: la torta ahogada de pulpo, los tostilocos (yes: tostitos clásicos con ceviche de pescado que te traen en su bolsa) o los esquites con tuétano y pulpo. Lo imprescindible: el flan de suaves, hecho con bombones de coco, de esos súper tradicionales de Mazatlán, y el clamato El Chino, que va con mezcal, sake, cerveza y soya. Los fines de semana se arman sus aguas locas, esa es receta de la casa y cambia cada fin. O si eres de gustos más tradicionales, éntrale a tu cerveza de cuartito y tu veladora de mezcal cupreata de Guerrero. La onda de Con vista al mar es tranquila y sin pretensiones. El lugar perfecto si quieres mariscos hechos con intención y buena ond

  • Nápoles
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Quizás el más sobrio y formal de la lista de los restaurantes que obtuvieron el sello "Restaurants From Spain", pero sus16 años junto al World Trade Center lo hacen un viejo conocido de empresarios de la zona. Uno de esos lugares aparentemente serios y masculinos, que entre semana se presta más para comidas de negocios pero el fin de semana van familias de varias generaciones por el sazón de tradición y un servicio eficiente y limpio.  Como el nombre lo indica, Puerto Getaria va más hacia cocina del país Vasco, aunque en el menú también se deslizan clásicos de otras regiones como los callos a la andaluza o el gazpacho. Hay algunos vinos mexicanos pero la mayor parte, como puedes suponer, son españoles.  No tendrás duda de la destreza con que manejan el producto de mar. En mi caso, una buena porción de robalo en salsa de azafrán, con alcachofa, jitomate y escamas de papa. La salsa tenía mucho sabor y las papas, en lajas muy finas, se deshacían en la boca.  Tip: cada día de la semana hay un plato especial, por ejemplo, los miércoles de lechón al horno o los domingos de paella. 

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  • Mexicana
  • Nápoles
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Epazote, morita y frijol, son algunos los ingredientes que destacan en esta cocina de la chef Brenda Ham Blas, quien después de realizar un viaje por varios pueblos mexicanos, se inspiró para crear un menú de cocina tradicional, tal y como se ha hecho durante varias generaciones.  El lugar está ubicado a una cuadra del World Trade Center en la Nápoles y, gracias a su amplitud, te permite elegir mesa en cualquiera de los dos pisos. En el inferior hay una barra donde preparan los cocteles de la casa (prueba el granizado de jamaica) y en el piso superior la terraza; por todo el lugar podrás apreciar cuadros coloridos, tejidos y otras piezas artesanales que reflejan el ingenio nacional. Te recibirán con un plato de chicharrón y guacamole, perfecto para abrir el apetito. Tras escuchar las recomendaciones, obedece a tu antojo, no te arrepentirás de pedir los tacos gobernador preparados con camarón salteado y queso Oaxaca en tortilla de harina. Si les pones un toque de alioli resaltarás los sabores. Sigue con una ligera ensalada de nopalitos preparada con queso de cabra y vinagreta de jamaica. Como segundo tiempo, una buena opción es la pechuga suprema perfumada en hoja santa, un ingrediente que predomina en cada bocado. Es de porción mediana y viene servida con arroz blanco y un mole ligeramente picante, ideal para sentirte satisfecho. Hay otros platillos que te robarán el antojo, como el filete en salsa de chapulín acompañado de puré de camote, o los tacos de tuétano. Acompaña tu

  • Nápoles
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Así como Italia no podría imaginarse sin el olivo y su aceite, en México sucedería lo mismo sin el maíz y su tortilla. El taco, antojito preparado ya sea con tortilla de maíz o de harina de trigo, que siempre se rellena con algún guisado y se acompaña de salsa, ha sido degustado por lo menos desde hace dos mil años y su consumo es parte del ADN de todo aquel que presuma ser mexicano. No tengo memoria de algún paisano que no se haya dado en algún momento de su vida una orden de pastor con todo, unos campechanos o los de cochinita con su cebolla morada y salsa de habanero. Pues ahora imagínatelo, pero más saludable y amigable con el medio ambiente, y sin perder la magia que ocasiona apretar el guisado que guarda la tortilla, levantar el meñique y acabarte de una mordida por lo menos la mitad de tu taco. Hablamos de Tacomido, la más reciente propuesta de la familia Pan Comido, una alternativa que incluye a veganos, vegetarianos, carnívoros; hay alternativas para todas las dietas: los platillos que hay en la carta son tan atractivos a la vista y fáciles de comer por quienes no estamos familiarizados con el veganismo que sin dudarlo podría frecuentar si trabajara o viviera en la zona de la Nápoles y más allá. En la carta hay una gran variedad de tacos, hay de pastor hecho con carne de soya, cilantro, cebolla y piña. Los de milanesa llevan papas fritas y cebolla y están elaborados con seitán, que es un preparado a base de gluten de trigo rico en proteínas. Los de suadero tienen com

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  • Mariscos
  • Nápoles
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

La Nápoles es un territorio engañoso. Escondidos en sus calles, en los lugares más inopinados, suelen encontrarse rincones gastronómicos que sólo se avisan por la cantidad de automóviles estacionados en su entrada. El Samurai cumple con estas características: oculto tras los coches está un pequeño jardín zen (o más bien zen-cillo) que encamina hacia el restaurante. Una vez dentro, se desata la decoración de palacio japonés o algo parecido, con privados repartidos en los costados, mesas con parrilla para preparar teppanyakis y una barra de sushi que es el sitio por el que opto. Como entrada, una sopita Dobin, de pescado, camarón y champiñones, servida en jarrita con pocito. Rica, pero nada como para pedirla de nuevo. Luego tuve la sabia decisión de pasar de los sushis (en otras ocasiones los he consumido aquí y son muy correctos) y los teppanyakis, y entrarle mejor a la barra de yakitoris –es decir, brochetitas–. Esta fue mi selección: Ebi (camarón, bien endulzada, jugoso el crustáceo), Hatsu (corazón de res, consistente, carne firme y en su punto), Tebasaki (pechuga de pollo, quizá por culpa del pollo, la más simple de sabor de todas), Kaibashira (callo de hacha, una delicadeza), Neguimaki (tallo de cebollín enrollado con carne de cerdo, el sabor empieza a ponerse interesante e intenso) y por último, Shishito (chile japonés enrollado en cerdo: hay tal cosa como el chile japonés, no pica, pero tiene un sabor dulce que hace a uno lamentarse de que la brocheta fuera tan breve).

  • Cafés
  • Nápoles
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Centro Café
Centro Café

¿Puede el café contar con un autor propio? Es más, ¿podría tener diversos matices y estilos, con esas diferencias que separan a una novela negra de un texto de realismo mágico? En Centro Café opinan que sí, por supuesto que se puede.  Los baristas que idearon el concepto detrás de esta peculiar cafetería firman sus obras cafeteras como si de novelas se tratara: por ejemplo, Luis C. Fernández presenta un grano de Puebla, levemente amargo, caramelizado, con gusto a azúcar y especias, de cuerpo medio alto y tostado medio alto. Otra barista, Giannandrea Dubini, se decanta por un café diemme, más dulce que el anterior, de notas claras a chocolate y mantequilla. Por su parte, Avenamar Gutiérrez elige un café sureño mexicano, de cuerpo medio alto y tostado medio. Cada grano de autor viene recomendado para beberse de distintas maneras, ya sea en machiato, espresso, dripper, aeropress, capuccino o sifón japonés, un método de extracción al vacío, que ofrece un espectáculo muy atractivo cuando el agua sube y parece mezclarse por arte de magia con el café. Me dicen que este método produce una bebida que podría definirse como “té de café”, light y equilibrada. Elijo un café de Veracruz, firmado por Ariadna Chaparro. Es balanceado y ligero, aunque me parece que le falta un poco de cuerpo para percibir las notas de flor de café y frutos secos que me aseguran que tiene. Eso sí, la presentación es muy bonita: la taza se sirve en una bandeja, con un pedacito de amaranto con chocolate y un vaso

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  • Mexicana
  • Nápoles
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Recientemente se inauguró Mesa Nápoles, una pequeña plaza gastronómica en una zona donde hay pocos lugares ricos, propositivos y a buen precio (como Hijos del Maíz, gran favorito). También está Corazón de Pollo, de los chefs Bernardo Bukantz y Luis Serdio (Primario, Bravo Lonchería y Salón Ríos). Además de pollos enteros o en paquetes, sirven alitas, tacos dorados, papas rostizadas, chilaquiles y tortas. La papa con pollo y queso que pedí tenía la piel crujiente y el interior suave, llevaba un cremoso alioli y bastante pimienta con limón (a la próxima solicitaré que le pongan menos). También pedí para llevar una torta de pollo, bien servida pero algo seca —le caería bien un poco de jitomate o aguacate— y un paquete con un suculento cuarto de pollo, medio elote, papas, tortillas, agua fresca y cebollas. Llegué por el pedido temprano, a la 1:30pm, quizá por eso las cebollas rebanadas estaban casi crudas: una pena, porque cuando están bien doradas en la grasa que sueltan los pollos, son una delicia.    Más allá de los ajustes que siempre son necesarios en aperturas recientes, Corazón de Pollo promete y volveré para probar sus especiales de fin de semana, como porchetta, piernas de pavo y camotes rostizados.

  • Hot dogs
  • Nápoles
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Lucky Dog
Lucky Dog

En la calle de Yosemite, a dos cuadras de Insurgentes, se encuentra este pequeño local de hot dogs; el lugar es informal y cómodo, ideal para venir con amigos. La variedad de los ingredientes se concentra en los panes artesanales y en los toppings –todo lo que se le puede poner encima a un hot dog–, pues la única salchicha que ofrecen es de pavo. Las opciones de pan son finas hierbas, ajonjolí, parmesano y el clásico blanco. La combinación de ingredientes de cada topping es lo que le da el nombre a los perros calientes: mexicano (guacamole con chicharrón), poblano (rajas con crema y queso), yucateco (cochinita pibil), americano (mac & cheese y tocino), sinaloense (chilorio), texano (chili beans con queso cheddar), francés (cebolla caramelizada con tocino grueso) y gringo (pollo BBQ). También hay alitas búfalo, helado y empanadas. Todas las bebidas son artificiales, como aguas de sabor, limonadas y refrescos. Opté por un hawaiano con pan de ajonjolí. El tocino crocante se deshizo en mi boca, mientras la piña levantó bien el sabor de la salchicha. De guarnición pedí papas y para beber se me antojó un néctar de manzana. Luego me pedí una michelada y otro perro caliente, esta vez aposté por el gringo. Las presentaciones son muy sencillas y el servicio eficiente y amable.

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  • Nápoles
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

La milanesa acompañada de su ensalada es la sensación en el paladar de los oficinistas que diariamente visitan el local.El sitio es pequeño, pero acogedor y con un toque tradicional al dejar a la vista a las cocineras mientras están moviendo los frijoles, preparando los guisos, calentando tortillitas y vaciando agua de fruta en las jarras. La sola postal cuando pases por allí te seducirá por completo.  

  • Nápoles
  • precio 4 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bellini
Bellini

El principal atractivo de tomar un veloz elevador y subir hasta el piso 45 para escoger mesa de ventana, es contemplar la ciudad, ya sea de día (para obsesionados geográficos) o de noche (para estar más en tono romanticón). También el hecho de que el lugar gira lentamente sobre su eje, lo que te permite descubrir las distintas zonas de la urbe, y sorprenderte tratando de ubicar los edificios que conoces si te distrajiste platicando, o extraviarte un poco al regresar a tu mesa si se te ocurrió ir al baño. Los meseros son señores serios y amables con saco y moño que se toman su tiempo… pero aprovecha su ausencia en lo que van por los aperitivos para mirar el panorama y conocer mejor los rumbos, o proponer algo secreto a tu pareja. La cocina es correcta, pero se quedó estacionada en algún punto de la década de los ochenta, al igual que el resto del lugar. El carpaccio de res, o el bisque de langosta te hacen quedar bien, seguidos de una ensalada. Luego disfruta el pollo de la casa relleno de camarón en hoja de espinaca, o un robalo con salsa de tres chiles, o el pato con salsa de frutas. No conviene irse por recetas complejas ni las más caras, pues los platillos están bien ejecutados, pero sin mayor chiste, y mejoran con una botella de vino. Tienen charola de postres como el strudel de manzana o el pastel tres leches en forma de corazón. No es fácil llenar este ochentero lugar, pero esto puede ser bueno si no quieres distracciones, aparte de música en vivo por las noches que, co

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