Es la obra maestra de Richard Linklater y la cúspide de las cintas de coming-of-age. Su filmación tomó 12 años y su argumento habla de la vida misma. Si este año la Academia decide premiar a las cintas cuya aportación artística influyó en el desarrollo de la industria, Boyhood merece la estatuilla.
En fin, sin más, les dejamos nuestras predicciones para los premios de la Academia.
Este hombre capturó el paso del tiempo en el lenguaje cinematográfico. Las relaciones humanas, la madurez y los cambios culturales se muestran en una pantalla y nosotros, como espectadores, viajamos en una cápsula de tiempo desde nuestros asientos. Linklater cambió la forma en que percibimos el cine.
Durante la última década los ganadores de esta categoría tienen algo en común. Todos le han dado vida a antagonistas extraordinarios (Heath Ledger, Christoph Waltz o Christian Bale). Simmons no es la excepción. Con un físico adornado por una calva imponente y músculos resaltados por playeras oscuras y entalladas, su Fletcher en Whiplash, un prestigioso maestro de música, es el personaje más intimidante del año.
Sin duda, una de las madres del cine más memorables de los últimos años. La transformación de su personaje a nivel espiritual es proporcional a su cambio físico. Pasa de ser una madre soltera en busca del amor conyugal, a convertirse en una exitosa mujer y sustento de una familia de clase media. Sus rasgos físicos mutados por una filmación de 12 años forjan un carácter que nos invita a explorar los altibajos de la paternidad. Es el sustento emocional de una película plagada de lecturas y sentimentalismo.
Esta será una lucha a muerte entre Boyhood y Birdman. Cada cinta tiene sus virtudes. Birdman es un trabajo sobre la trascendencia que tiene un actor, su legado y la diferencia entre el teatro y el cine. Pero también nos sumerge en lo más turbio del ser humano, nos muestra el lado más egoísta de la fama y nos hace ver qué tan ridículos somos en realidad. Iñárritu y compañía ya se llevaron un Globo de Oro, si la Academia decide hacerle justicia al buen humor y la creatividad, Birdman será la elegida.
Aunque el trabajo de adaptación de Gone Girl es increíble, la maquinaria de los hermanos Weinstein queda por delante con una cinta inglesa que habla sobre Alan Turing, el responsable de descifrar los códigos secretos del imperio nazi. Lo interesante del guión de El código enigma es que encuentra el balance perfecto entre la vida personal de Turing –infestada por sinsabores adolescentes y una condena moral después de la Segunda Guerra Mundial– y su labor de inteligencia dentro del ejército británico.
Mejor fotografía: Emmanuel Lubezki, por 'Birdman'
Desde hace décadas Lubezki se ha adueñado de la cinefotografía hollywoodense. El “Chivo” es un ícono visual de la industria. En 2013 consagró su carrera al ganar el Oscar por su aportación técnica en Gravity, pero este año superó a su odisea espacial. En Birdman, su trabajo es matemático. Presentó la película en un solo plano secuencia (claro, con algunos trucos de CGI, pero qué importa). Es un logro técnico que ha sido visto muy pocas veces en la historia del cine. Este hito le valdrá su segunda estatuilla.
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