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Antros y bares de la CDMX recién reseñados
Descubre las nuevas propuestas que están cambiando la vida nocturna en la Ciudad de México
Descubre los mejores antros y bares en la Ciudad de México reseñados de manera anónima por el equipo de Time Out México. Desde lugares para ligar, antros fresas, las mejores terrazas u opciones por tipo de licor, te presentamos las aperturas que renuevan la vida nocturna de nuestra ciudad.
Antros y bares de la Ciudad de México recién reseñados
Vigneron
Vigneron es la palabra francesa que designa a la persona que hace el vino y que cuida la tierra. A modo de homenaje a ellos, esta tienda y pequeño restaurante que acaba de abrir en la Roma lleva su nombre. Yo no sé si a ustedes les pase, pero a mí el discurso de los sommeliers trajeados y que van cargando su tastevin (esa cosa metálica que llevan en el cuello y que parece cenicero), me cae un poco mal por pretencioso. Toda esa pretensión y esa jerga especializada termina por alejarnos a nosotros, la banda entusiasta, que queremos tomarnos nuestra copita en santa paz y sin que nadie nos regañe. Pues bien, banda entusiasta: demos gracias por Vigeron, que es un lugar a gusto, nada pretencioso y, por si fuera poco, con grandes vinos y a muy buenos precios. Aquí ofrecen etiquetas francesas y españolas, todas producidas de manera orgánica (es decir, sin usar pesticidas) o biodinámica (todos los productos utilizados en el proceso provienen de la naturaleza y no han tenido ninguna intervención industrial; además, el calendario astronómico rige las fechas de siembra y cosecha de la uva). Ahora, tal vez estarás pensando: “yo no sé nada de vino, ¿y me quieren mandar a un lugar con vinos orgánicos y biodinámicos?”. ¡Sí!, porque acá hay profesionales y expertos que pueden guiarte en tu compra y ayudarte a decidir la mejor opción para ti. Se vale que vayas a comprar tu botella y te la lleves a tu casa o que te quedes ahí a echarte tu copita y comer alguna de las glorisas y súper artesanale
Tres Gallos
Si hay tres cervecerías del occidente de México que se convirtieron en nuestras “gallo” desde que salieron al mercado, hace ya algunos ayeres, por mucho figuran Minerva, Colima y Loba. Por eso nos llena de alegría que las tres productoras hayan replicado su gastropub tapatío en una de las esquinas de nuestra querida Roma. En el cruce de Medellín y Sinaloa, dentro de un local pequeño pero acogedor, te espera Tres Gallos con su amplia variedad de chelas: tienen 16 líneas de barril y muchas más en botella, que están siempre a tu vista (en su refri de ensueño). Como es de imaginarse, no faltan los estilos a los que cada marca te tiene acostumbrado: desde la ligerita y refrescante kölsch de Minerva, la llena de lúpulo Session IPA de Colima y la perfectamente turbia witbier de Loba, hasta ediciones especiales y de temporada como en su tiempo lo fueron Impetuosa y La Bendición. A las cervezas de la casa se suman varios sabores regionales y extranjeros; aunque nada que no puedas encontrar en otros bares de chela artesanal de la CDMX. Así, entre IPAs, stouts, porters y más se va pasando la noche en este rinconcito de diseño industrial, que irónicamente contrasta con el espíritu artesanal que aún consrvan los gallos que lo conforman Y como hay que tener buenos acompañamientos para las protagonistas, el menú de alimentos no queda a deber gracias a las propuestas del chef Joaquín Cardoso (Hotel Carlota). A simple vista parece sencillo: palomitas como botana y hamburguesas para el plato f
Drunkendog
Es raro encontrar un bar dedicado a la chela artesanal que ponga demasiado empeño en su diseño interior. Por eso, cuando entré por primera vez a Drunkendog, en la Condesa, tuve ciertas reservas: su gama cromática parece fríamente calculada y su iluminación sugiere que cualquier lugar es bueno para tomarte una foto —o a tus cervezas—. Pero al probar ahí mi primera chela, se eliminó cualquier rastro de desconfianza, tanto que regreso bajo cualquier pretexto. Entre trago y trago, noté que el mismo cuidado que se percibe en el diseño, se refleja en las etiquetas que te ofrecen. Ya sea que pidas de su menú de barril —¡tienen más de 30 líneas!— o de lo que hay en sus siempre súper abastecidos refrigeradores, te encuentras con sellos que son garantía en el ámbito local, nacional e internacional. En Drunkendog encuentras desde las clásicas y favoritas líneas de Wendlandt (Baja California) y Colima (Colima), así como el intenso sabor de la Sout de Olla de Santa Sabina (Jalisco) y las mezclas experimentales de Aviscollem (CDMX). El menú de cervezas importadas varía un poco más, pero aquí han traído Rogue (Estados Unidos), Cloudwater (Reino Unido) y Omnipollo (Suecia), solo por mencionarte algunas para el antojo. En cuanto a los alimentos hay un par de cosas que debes saber. La mayor parte de su menú son entradas y botanas, y solo tiene algunos platillos fuertes —como la hamburguesa Drunkenburger—; no todos costean la relación sabor-precio, pero sí son una opción para tener algo en el e
Cyprez Tap Room
Después de mucha espera y una pandemia, Cyprez al fin abrió su tap room. El lugar, pequeño y acogedor, ofrece solamente las cervezas de la marca, born and raised en la Ciudad de México. Para empezar nos echamos una Iztapa Lager, ligerita, refrescante, limpia y con solo 3.3° de alcohol. Luego probamos la Kentucky Common, un estilo que fue muy popular en (adivinaste) Kentucky, hasta antes de la época de la prohibición en Estados Unidos. Esta chela es de color ámbar, en nariz tiene notas a caramelo y a pan tostado, y en boca es de bajo amargor, elegante, redondita y apapachadora. La carta de comida es botanera y cumplidora. Nosotros nos echamos el guacamole copeteado, que viene con chapulines y totopos de masa amarilla y azul. Por supuesto, también hay opciones vegetarianas, como los tacos de tinga de jamaica con quesillo. Las tortillas, ¡qué alegría!, están hechas a mano y al momento. La atención es cálida y esmerada, y, como todos los meseros son beer geeks, podrán recomendarte la chela perfecta para ti. Además tienen chelas en lata y en barril; las de barril las puedes pedir en tres tamaños distintos y así probar más estilos. Lo que sí: sin importar el día que vayas, te recomendamos llamar para reservar. ¡Seguro se convertirá en uno de los mejores lugares para tomar cerveza artesanal en la CDMX!
The Real Under
El Under se ha convertido en el consentido de la comunidad alternativa desde hace años. Luego de unos meses sin nuestro lugar de oscuridad favorito, el Real Under regresa, y recargado. Platicamos con Lord Fer, quien nos contó los planes: “Desde hace un tiempo sentimos que nuestra casa en Monterrey 80 estaba quedándonos chica. Una noche que nos iba mal asistían unas 400 personas; necesitábamos ampliar el lugar. Cuando llegó la pandemia estábamos a una semana de inaugurar la nueva locación. Nuestra nueva guarida es unas ocho veces más grande que la casa de la Roma. La apertura será el viernes 2 de octubre, vamos a operar con todas las medidas de higiene que marca la nueva normalidad porque, para nosotros, lo más importante es cuidar a nuestra comunidad. La nueva guarida tendrá toda nuestra personalidad, a pesar de que es muchísimo más grande, no perderá el toque de la antigua casa. De hecho, todo lo que hicimos estuvo a cargo de nuestra comunidad: desde las remodelaciones de audio hasta el menú, todo fue autogestionado. Ahora tendremos un restaurante que servirá los snacks clásicos y también comida alternativa, vegana o vegetariana. Por apertura tendremos talleres de defensa personal a cargo del equipo Bonebreakers, bazares y otras actividades culturales." Si como nosotros extrañaste este emblemático bar, no te lo pierdas en su nueva ubicación. Pronto volveremos a bailar hasta el amanecer pero, por lo pronto, disfrutemos las actividades culturales que The Real Under nos ofrece
Barley and wine
La apariencia de Barley & Wine es súper desenfadada. Es el bar de la cuadra (que ojalá estuviera en mi cuadra), en donde bien podríamos instalar el home office, para trabajar con la mejor compañía: una cerveza artesanal mexicana, o un vino mexicano. La oferta de cervezas es cumplidora. Las imperdibles son las de la marca Pin Up’s, las de la casa: la maestra cervecera es la mera patrona de Barley & Wine, que produce sus cervezas y las tiene disponibles en el bar. Pero eso sí, cuando se acaba, se acaba. También hay variedad, al menos 50 cervezas distintas cada semana entre las que se encuentran las viejas conocidas como Wendlandt, Fauna, Delirium y Sierra Nevada. Si lo tuyo no es la chela también hay una buena oferta de vinos mexicanos. Poquitas etiquetas, pero no se necesita más: Santo Tomás, Vinícola Santa Elena y Cuatro Soles son algunas de las opciones que encontrarás en este bar. La comida es la típica del bar de chelas. Nosotros le entramos a la tabla de quesos y carnes frías, que está pensada para acompañar a tu copa de vino, pero que también va re bien con una cerveza. Luego nos echamos unas alitas; las de habanero fueron las favoritas. Para terminar, y para compartir, unas papas gajo. La oferta de comida es súper botanera e informal, lo que hace a este bar uno bien cómodo. Y olvídate de las formalidades. Barley & Wine es un lugar sencillo, informal y apapachador que te atrapa con un menú curado por expertos en vinos y chelas para que te encuentres con los mejores estil
Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles
Wine geeks: déjenlo todo, porque les urge conocer el nuevo Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles. El lugar, coordinado por Carlos Borboa, director del Concurso Mundial de Bruselas para México, sirve todos los vinos y espirituosos medallados y, lo mejor de todo, los sirve sin pretensiones. El Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles está dividido en salas; cada una de ellas está pensada para ser una experiencia diferente. En la primera hay 18 opciones de vino por copeo que van cambiando cada semana y, para que puedas probar más etiquetas, sirven copas desde 50 hasta 150ml. Se vale pedir una copa, ser libre, y caminar por el resto del wine bar. La siguiente sala es la wine library, llena de todos los vinos y destilados mexicanos medallados por el Concurso Mundial de Bruselas. Ahí, los vinos están para leerse: tienen un código, como en las bibliotecas de la infancia, y en la parte de atrás está toda la información del fermentado: variedades, regiones de producción y qué medalla obtuvieron en el concurso. De ahí, hay que subir al segundo piso, en donde están los vinos y espirituosos del resto del mundo; cerca de 250 etiquetas. La intención es que, en el transcurso de un año, entre tres mil y tres mil 500 etiquetas hayan sido descorchadas en este bar. ¡Imagínate, tendrías que tomarte 10 copas distintas cada día para probar todos los vinos del año! El siguiente salón es el Oak Room, ambientado como un bistrot europeo, en donde se vale sentarse a leer acompañado de una copa de
Brujas
Bien dice la canción popular “La Bruja”: qué bonito es volar a las dos de la mañana. ¿Y saben qué también lo es? Salir del bar a esa hora. Pero mientras esperamos que la dinámica madrugadora en los bares de la ciudad se retome, nos quedamos hasta las 10pm volando dentro de Brujas. Esta nueva apertura yace en la planta baja de “la casa de las brujas”, el edificio en la Roma con techo en forma de pico y donde, cuenta la leyenda, habitaba una chamana de nombre Pachita. El hechizo inicia con un interior de hipnotizantes tonos cobrizos y mucho uso de madera, mientras el resto de los elementos juegan con el misticismo de este concepto mágico: tienen libros de pasta dura sobre las repisas a la altura del techo, taxidermia, artefactos antiguos y botellas de diversas etiquetas que me gusta pensarlas como elixires nocturnos. Brujas puede visitarse bajo cualquier modalidad: en solitario, con pareja o con el aquelarre (por el momento evitando grupos mayores a cuatro personas/brujas/brujos), aunque desde la barra tienes mejor vista de las manos maestras: cuatro barmaids que alternaron el caldero por maceradores y shakers. Liderado por Gabriela Lozada (Hanky Panky, Pujol) y remarcado con Karen Paz, Ingrid Aparicio y Carmen Uribe, este grupo trabaja coctelería contemporánea y de autor bajo la inspiración de los años 30 y 40, cuya fusión de ingredientes tiene un sentido juguetón en el paladar dependiendo del trago que elijas. El yellow witch nos llevó a una isla tropical gracias al limón ama
Taberna Calacas
Las recomendaciones de boca en boca te invitan a visitar Taberna Calacas por primera vez, pero es la experiencia de esa cita la que te convierte en cliente frecuente. Es por eso que hace cinco años, cuando abrió sus puertas, era un oasis para los cerveceros de hueso colorado, y hoy es EL bar artesanal de la Portales y uno de nuestros favoritos de la zona sur de la Ciudad de México. Hay varias razones por las que, a lo largo de este lustro, la taberna ha construido una sólida y fiel lista de fans. Primero, la amplia variedad de etiquetas que tienen: tanto en las chelas embotelladas o enlatadas que guardan cuidadosamente para mantenerlas a la temperatura adecuada, como las líneas que ofrecen para servirte directamente del barril. Si bien tienen permanentemente las bebidas de las productoras hermanas —si eres fan de la Stout prueba Bulla Negra (de Sinestesia) o la DIPA 2º año (de La Revoltosa) si prefieres las IPA—, y éstas no tienen desperdicio, procuran mantener versátil su menú en cuanto a estilos y regiones. Encuentras lo mismo cervezas de Hidalgo, Michoacán, Baja California y Yucatán, que importadas de Estados Unidos, Inglaterra y Alemania. Y si no sabes cuál elegir, no te preocupes, que en Taberna Calacas son expertos en guiarte para que encuentres el sabor más afín a tus gustos. Pero sus chelas no son lo único que ha convertido a Taberna Calacas en un hito de la Portales. Tienen un menú de botanas sencillo e infalible: guacamole con chapulines, acompañado de sus respectiv
Tlecán
La máquina del tiempo sufrió un desvío y el año 1521 aterrizó sobre Álvaro Obregón. Cuando creímos que la nueva década se trataría de minimalismos y espacios en blanco, llegan proyectos como Tlecán, que nos hace retomar nuestras raíces sin siquiera saber que lo necesitábamos. Y bueno, a nadie le cae mal una nueva mezcalería en plena hipsterosa delegación. Tlecán significa lugar del fuego en náhuatl; vaya, la matriz del concepto radica en esta connotación a la cultura prehispánica. Tras pasar la angosta entrada, te topas con una iluminación interior juguetona, entre sombras y tenues focos en rincones estratégicos —trabajo del estudio mexicano Lum Lum Iluminación—, el olor a incienso recorre la nariz y la vista se pierde en el color chedron de las paredes desnudas. La Gran Tenochtitlán sigue presente en una réplica de la escultura conocida como el disco de la muerte —obras de Tezontle Studio—. ¿Y qué sería de la historia mexicana sin sus destilados? Tienen mezcales de Oaxaca, Michoacán, Durango y Sonora. El tobalá se suma a la gama de los aromáticos que se sienten suaves al primer sorbo, mientras en el cuishe destaca el sentido ahumado. Los cocteles son tan particulares como su audiencia (o sea, hay diversidad), donde el old fashioned 175 es un trago corto de mucha personalidad con amaro y espadín, rematador con azúcar mascabado macerado. Hay un vampiro 165 con espadín, cuyo jarabe de pimiento se siente más como un caldo tomatoso, aunque bien bajado en frescura gracias a los cí