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Antros y bares de la CDMX recién reseñados
Descubre las nuevas propuestas que están cambiando la vida nocturna en la Ciudad de México
Descubre los mejores antros y bares en la Ciudad de México reseñados de manera anónima por el equipo de Time Out México. Desde lugares para ligar, antros fresas, las mejores terrazas u opciones por tipo de licor, te presentamos las aperturas que renuevan la vida nocturna de nuestra ciudad.
Antros y bares de la Ciudad de México recién reseñados
Simple Cervecería
Hay un chico nuevo en el barrio que quiere conquistar el corazón cervecero de la Juárez. Su nombre es Simple y recién abrió sus puertas en la calle de Hamburgo, justo a la vuelta de Insurgentes. El local es idea de Andrés Valverde y Miguel Cervantes, dos amigos que se conocieron en la prepa y juntaron su talento para darle vida a esta nueva cervecería artesanal. Acomódate en una de las mesas de madera o en la barra de concreto y échale un ojo al menú del día. Tienen 13 líneas de cerveza de barril, cinco son de la casa y el resto de otras cervecerías nacionales, en un día normal te puedes encontrar chela de Linda Vista, Cru Cru, Falling Piano, Reforma y hasta Justicia Divina. Ya con chela en mano, relájate y disfruta la tranquilidad de este tap room. La música está a un volumen que te permite platicar sin necesidad de gritar; la decoración es sencilla, sin pretensiones ni aires de grandeza; el servicio es muy rápido y si tienes suerte, la beer sommelier te puede dar un tour por la fábrica que está detrás de la barra. En cuestión de comida nos quedan a deber un poquito, solo hay pizza a la leña y empanadas de L'Ermitaño, pero se los perdonamos porque apenas van comenzando. Ojo, si lo tuyo no es la cerveza, hay una breve carta de vinos, mezcales y ginebra para que disfrutes la noche con tu date o tus amigos. Acá entre nos, te recomiendo pedir un gin tonic, lo sirven con agua quina y Armónico, una marca artesanal (también creada por Andrés Valverde) hecha con alcohol de maíz y 32
Mata Comedor
Se volvió uno de los secretos mejor guardados en la calle de Filomento Mata, en el Centro Histórico: Mata Comedor. Esta cantina contemporánea y familiar nace en el primer piso de una hermosa casona del siglo XVIII. A pesar de que el lugar ha sido renovado, la pintura mural y ciertos elementos arquitectónicos originales se han conservado. De los espacios en los que se divide Mata el más chulo es sin duda la cantina circular, para que lleves a tu pareja o amigos y veas el tiempo pasar mientras pruebas algunos de los varios tragos que ofrece su “gabinete etílico”. El tuxtepecano queda como anillo al dedo a los amantes del mezcal, un trago potente que se combina con jamaica y jugo de limón para darle frescura. La patrona es de vodka, manzana y canela, lo que le da una dulzura bastante refrescante. La carta, creada por el chef César León, contiene lo que a todos los oriundos de estas tierras nos encanta: vastas creaciones a base de masa (piénsese en tortas o enchiladas); entre los tacos hay unos de pork belly muy crujientes y quizá con exceso de grasa. El jugo de carne se lleva mención especial, deliciosamente concentrado y servido con panecillos tostados. Lo que sea que necesites, el Centro te lo proveerá, y si buscabas comer bien y tomar buenos tragos, nos alegra que llegara un nuevo elemento a la oferta.
Cityzen
No apto para quienes temen a las alturas. Tómate tu coctel en el piso 38 con vista a todo Reforma y hasta el Castillo de Chapultepec. Cityzen es el nuevo rooftop bar del hotel Sofitel cuya misión es cultivar las noches con música electrónica, tragos coquetos, menú cumplidor y un ambiente digno para alargar la noche. Las ganas de enfiestar con elegancia efervescen en este pequeño y oscuro espacio, cuyos comodísimos sillones lounge se prestan para ir con más de tres amigos y las sillas altas afuera antojan la compañía de ese alguien especial (no hay nada más romántico que las luces de la ciudad a casi 100 metros de altura). El menú de coctelería es variado pero sin agotar las ganas de experimentar, cumple con el concepto de mixología de altura con precios razonablemente elevados. Montparnasse, la bebida insignia, lleva gin rosado, vino rosado, miel de rosas con pétalos y cítricos, una bebida elegante en tonos pastel que traspasa por el paladar con burbujeo y mucho cuerpo, además del agradable dulzor de la miel. Si buscas algo tranquilo pero que pegue al paladar gratamente, está le parfum: coñac, jerez para ofrecer tonos dulces y frescos con manzanilla y agua tónica. Ni el vértigo puede detener las ganas que se tienen de presenciar un atardecer desde Cityzen, lugar que sirve para ejemplificar que un sitio explota todas sus destrezas cuando juegas con los sentidos de tu público: música + coctelería + fiesta, combo que aquí puedes disfrutar de lunes a domingo.
Reclusa Parda
¿Cuántas veces hemos escuchado que abre “un nuevo pedacito de Oaxaca en la CDMX”? Muchas, tal vez no demasiadas porque nunca tendremos suficiente #oaxaqueando, pero Reclusa Parda no llegó a la Cuauhtémoc en modo básico: abrió para ser una barra creativa y sumamente respetuosa al mezcal. La reclusa parda tiene veneno y ocho patas, o sea, es una araña, por eso el nombre hace alusión a la forma del espacio: tipo cueva, ancho y de techos altos estilo bunker, como donde vive el arácnido. Recomendado sentarse en la barra de concreto si solo quieres coctelear y escuchar las salsas de Gilberto Santa Rosa, Frankie Ruiz o Jerry Rivera. Lo del respeto al mezcal es porque el equipo de Reclusa Parda busca sus mezcales con pequeños productores de Oaxaca, rotándolos y ofreciendo nuevos destilados: desde espadín-cuishe de la afamada maestra mezcalera Berta Vázquez traído de Chichicápam, hasta un 100% espadín madurado por siete años de San Luis Amatitlán, por el maestro mezcalero Osvaldo García García. Tienen su versión del mezcal mule (pepino y cerveza de jengibre), llamado yegua mezcalera que lleva Lola mezcal artesanal, jugo de limón verde y una simbiótica mezcla de kombucha de jengibre, con extracto de jengibre y fresquísimo jarabe de menta. El romance en michoacán lleva la bebida típica de este estado, charanda, que con un toque de aperol deja sensaciones amargas equilibradas con el dulzor del maracuyá y la acidez del jugo de toronja. Aguas, que te lo tomas como agua. Entre la selección
Pulquería La Reforma de las Carambolas
Ni los actuales encargados tienen idea del porqué del nombre de esta pulcata. Pero eso no impide que todos los días, de las 10 de la mañana a las 3 de la tarde, vecinos de Azcapotzalco (y uno que otro curioso que quiere corroborar con sus propios ojos la existencia del sitio) arrasen con todo el pulque blanco y los curados de frutas que elaboran ahí mismo. El lugar está escondido detrás de un zaguán verde de lata y en realidad ocupa el espacio de un estacionamiento con una galera, bajo la que acomodan unas siete mesas de plástico, con sus respectivas sillas. El sitio, con todo y la rocola —donde lo mismo ponen a Evanescence, que a Chalino Sánchez o los Tigres del Norte— tiene una belleza muy especial. Es común que veas a habitantes de la cuadra llegar con sus galones o bolsas de plástico, para que quienes atienden les vendan raciones de cinco litros de la bebida. Sus sabores más famosos y pedidos son el curado de Beso de novia, el de tomate, avena y apio. Los más guerreros optan por el pulque blanco, en tarro o en cubeta, o por las cervezas que se enfrían debajo de un altar a la virgen de Guadalupe. No hay comida para comprar. Solo una mesa en al entrada donde puedes llegar a servirte chicharrón sobre una tortilla, y ponerle encima salsa martajada. Pero, ¿quien precisa de comida copiosa cuando tiene un curado de a litro enfrente?
Don Juve
Una cantina de la que podrías pasar de largo en la calle, porque apenas se ve su letrero. Pero una vez que caminas el pasillo y llegas a la mesa, entiendes su encanto: la comida se hace al momento frente a tus ojos y llega acompañada siempre de una cerveza bien fría (o de una cuba), y de una historia que te cuenten los meseros. En Don Juve, al parecer, todos se conocen y son amigos. A la usanza de las cantinas que más nos gustan, tienen un pulpo bien cocinado que puedes comer en tortas o a la gallega. Sobre lo demás tenemos que decirte que siempre te llevarás sorpresas, ya que cambian los platillos conforme al cocinero se le vayan ocurriendo cosas (o dependiendo de lo que encuentre en el mercado). Quizá te encuentres con unos chilaquiles con tasajo, frijoles refritos y un poco de arroz rojo, o con una cola de res en adobo. También pueden tocarte lentejas, pierna o hígados encebollados y tortas de lengua o de bacalao, si es temporada decembrina. Los tragos siempre te los sirven bien. Es decir: se les pasa a veces un poquito la mano con el alcohol, pero siempre les encontrarás sabores bien clásicos. Las palomas, las margaritas y las piedras son recomendables. Otra cosa: si puedes, no te quedes en la sala del rincón. El mejor ambiente está de la cocina y la barra.
Cantina la Luna
A escasamente una cuadra de El Dux de Venecia, justo después de atravesar la alameda del Centro, esta cantina en un segundo piso espera a todo aquel sediento que guste de comer garnachas de calle y, claro, tortas de guisados. El sitio es pequeño. Le caben apenas ocho mesas individuales. No obstante, la magia ocurre detrás de su barra vieja de madera y de los fogones de su cocina, del otro lado de la estancia. En La Luna lo que más se venden son las cervezas de bola, directas del barril, así como las micheladas, que llegan acompañadas de cacahuates y chicharrones con salsa Valentina. La comida cambia todos los días. Es a la carta si consumes menos de $150 en bebidas; pero después de ese monto es gratis e incluye una sopa aguada de entrada y los platos fuertes que quieras comer. Normalmente tienen chiles rellenos, quesadillas de chicharrón prensado, tortas (de 18 cms) de bacalao o de milanesa, así como chilaquiles o huevos en salsa verde. Cuando vayas, procura pedir una de las mesas que dan a las ventanas. Desde arriba podrás ver cómo discurre la vida normal en la plaza más importante de la alcadía, al tiempo que comes y bebes tranquilo, con música de rocola de fondo.
Love
Antes ubicado en Masaryk, Polanco, y ahora reubicados en Campos Elíseos, Love es un antro exclusivo donde la elegancia es lo que más se denota, para pasar buenas noches de diversión adaptándose a cada uno de tus planes. Love inicia sus noches a partir de las 11pm con un cover de $250. La fachada exterior aún conserva estrellas como del “paseo de la fama” del antes Hard Rock y al entrar te reciben en una especie de lobby en colores negro y rojo. Sigue caminando y verás el bar del lado izquierdo y la pista con mesas. Al fondo ya está el dj tocando lo mejor de su repertorio, con unas mezclas interesantes de canciones de antaño y algo actual que prende bastante. Esta es una sección sumamente espaciosa y es hogar para el icónico candelabro en el centro. Por el lado del bar verás una muy amplia variedad de bebidas, mismas que son bastante cómodas, pues si no sabes tanto de tragos te pueden dar algo simple; ahora que si eres conocedor seguro encontrarás algo que valga tu buen paladar. Y hablando de buenos paladares y amplia variedad, el buen gusto de Love se refleja en sus bebidas, como un trago con Chivas: whisky 12 años escocés con tónico; algo sencillo y cumplidor. Los precios van desde los $200 pesos dependiendo la mezcla que elijas, considera en un monto razonable te puedes gastar desde $750. Además de una buena atención también te dan buenas sugerencias; si estás al pendiente de lo que pasa en el bar, podrás agarrar promociones a lo largo de la noche, mismas que son por tiempo
Ape Club
Traemos para ti un lugar al que sólo podrás asistir si tienes reservación. Ape es un bar que tiene un mes funcionando y promete llevarte a lo exótico, top y la exclusividad desde que pones un pie en el lugar. Está ubicado en Lomas de Chapultepec. Al llegar no encontrarás un distintivo porque lo que Simón Atri, dueño del lugar busca, es que Ape sea un antro que se distinga por su ambiente único ya que podrás asistir por medio de reservación o invitación por contacto. Hay extravagancia desde el nombre, que es simio en inglés. En el pasillo te encontrarás con espejos y un simio negro de dos metros y alguna que otra planta, después toparás con una cortina negra que te separa de la pista de baile. El bar cuenta con un solo nivel. La pista es pequeña y se encuentra en el centro, tiene un muro que simula un árbol y al encenderse las luces forman diversos triángulos que serían el follaje. Alrededor de ella se encuentran las mesas con sillones y las paredes se adornan con una que otra luz neón con la forma del perfil de un simio. La barra es larga y encontrarás Chivas Regal 15, marca que Ape está ayudando para dar a conocer este whisky escocés reposado por 15 años. Es lujoso, único y festivo, así como el bar. Ojo a los precios en las botellas, pues hay de todo: desde dos mil pesos hasta 14 mil. Tú decides si quieres tomar una cerveza, tequila, ron o champagne. Cuenta con una cabina de dj para deleitarte el oído y te den ganas de bailar. La selección musical es variada y muy completa,
Scotch
Escocia —además de Irlanda— se reconoce como uno de los países pioneros en la elaboración de “agua de vida”, como lo llamaban los irlandeses, o whisky, para evitar confusiones en la actualidad. Haciéndole honor a los inicios con su nombre, Scotch es un pequeño bar oculto en las entrañas del restaurante Porter. Aquí la dualidad se hace presente: este último lleno de pequeñas luces y muchas plantas con ambiente relajado y perfecto para pasar un buen rato con amigos o familia. Su pequeño secreto es otra cosa: poca luz proveniente de lámparas que cuelgan sobre la barra, música a todo lo que da y un paraíso lleno de botellas que almacenan cualquier bebida que se te antoje con distintos grados de alcohol. Pero en Scotch siempre es la hora del whisky (mas no de cualquiera). Ser un buen catador de esta bebida implica conocer sus diferentes características: si es fuerte o suave, si tiene cuerpo o está un poco débil y si su sabor es suficiente para tomarlo solo o le viene bien la compañía. Entre botellas de todos los tamaños y colores, una color ámbar promete dar la talla para preparar el trago perfecto: Chivas Regal. Los hermanos escoceses James y John Chivas crearon mezclas de whiskies añejados que los hicieron merecer el reconocimiento de sus contemporáneos por el uso de productos de lujo. Años después, el maestro mezclador Charles Howard y Alexander Smith crearon el primer whisky de lujo con una mezcla de 25 años que rendiría tributo a los hermanos Chivas. ¿Curiosidad por probarlo