Amantoli Tap Room
Foto: Alejandra Carbajal

Los mejores lugares para tomar cerveza artesanal en la CDMX

Estos son los mejores bares y cervecerías para pedir chela artesanal en la Ciudad de México.

Escrito por
Time Out México editores
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Lo maravilloso de la cerveza artesanal es que, sí o sí, encuentras algo para ti. Si eres de los que no les gusta la chela, habrá alguna opción fresquita y con sabores intensos a frutas que seguro te encantará. Y si eres un experto, sobra que te diga que existen estilos de chelas que se adaptan a cualquier día, hora e incluso a tu humor.

Seguramente te sorprenderá saber que las chelas industrializadas que vemos en México ya nos son negocios mexicanos en tanto que los propietarios de estas empresas ya son grandes transnacionales. Pero, eso sí, las cerveceras industrializadas siguen generando empleo y muchos litros de este refrescante elixir para nosotros los mexas.

Entonces, la verdadera industria cervecera mexicana es la artesanal: esa que hace producciones pequeñas y que proviene de capital nacional. Las primeras marcas de cerveza artesanal en México fueron Beer Factory, Cosaco, Calavera, Minerva o Jack, además de Tempus, que ahora ya pertenece a uno de los grandes grupos cerveceros transnacionales.  Ellos abrieron el camino, a inicios de los años 2000, para las ahora más de 300 marcas de chela independiente y artesanal.

Y, junto con la cerveza artesanal mexicana, también existen otras opciones cerveceras de otras latitudes que son deliciosas y que también podrás probar en estos bares, los mejores para tomar cerveza artesanal en la CDMX.

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Dónde tomar cerveza artesanal en la CDMX

  • Bares y cantinas
  • Condesa

Amantoli significa artesanía en náhuatl. Y quizá no haya nombre más atinado para este lugar, donde todo —las bebidas, la comida, el mobiliario y el servicio— es artesanal.

Amantoli está escondido dentro de una casona en la Roma, misma que está en proceso de recuperación; hoy el lugar se ve un poco vacío, pero dentro de poco tiempo habrá galerías de arte, tiendas de ropa y muchos espacios más. Y la ubicación del tap room dentro de la casa es súper privilegiada: al fondo, en medio de un patio y sumergido detrás de unas paredes tan altas que impiden ver y escuchar el caos citadino, pero que dejan entrar luz y aire para que disfrutes del día. Ahí están 15 llaves de chela artesanal y otros fermentos listos para ti.

Además de chelas independientes mexicanas, en Amantoli encontrarás tepache (piensa en la imagen: tepachito fresco saliendo de una llave), kombuchas, sodas artesanales y, en un futuro cercano, pulques. De hecho, cuando fui, el personal estaba haciendo algunas pruebas: mezclaban cold brew hecho en casa con un poco de tepache artesanal. El resultado era súper refrescante, equilibrado, elegante y original —había que probarlo—.

Aquí le echan ganas para tener muchas chelas de temporada: aun cuando el lugar no tiene ni tres meses de haber abierto, muchos destapes y presentaciones de cervezas ya están ocurriendo aquí. A nosotros nos tocó probar la Berliner Weisse con fresa, guayaba rosa y toronja de Cervecería Itañeñe, ¡pero no duró más que unos días! Así que seguramente cada que vayas te encontrarás con una opción nueva.

El menú para calmar los monchis no se parece al de ningún otro tap room; aquí en vez de tener las típicas alitas de pollo o los aros de cebolla, tienen guacamole con chapulines —que traen directamente de Oaxaca—, totopos con tasajo y crema de rancho y, si hace más hambre, una torta de chamorro en salsa de tres chiles, de la que pronto habrá opción vegana.

Y para una experiencia fuera de lo usual, éntrale a los postres con su respectivo maridaje chelero: pay de mango con una IPA o pay de mora azul con una porter.

Hay que mencionar la atención; aquí puedes ir con una idea súper firme de lo que quieres o dejarte llevar por las recomendaciones de las y los meseros, pero lo que sí es que el personal de servicio está más que capacitado para ayudarte a elegir la mejor bebida para ti y, si nomás no te decides, puedes pedir tu taster en la barra. El personal te acompañará mientras pruebas tu bebida y te la explicará, para que no te quede ni una sola duda y te decidas por la cheve que te haga más feliz.

Definitivamente Amantoli abrirá camino para quienes quieren echarse una chela pero no quieren el bluff que generalmente acompaña a la bebida. Cae bien ver a los encargados mezclando las chelas y buscando las mejores opciones posibles. A fin de cuentas, aquí la onda es pasarla bien y beber aún mejor, siempre privilegiando lo artesanal y lo local.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Juárez 
  • precio 3 de 4

Hay un chico nuevo en el barrio que quiere conquistar el corazón cervecero de la Juárez. Su nombre es Simple y tienen 13 líneas de cerveza de barril, cinco son de la casa y el resto de otras cervecerías nacionales, en un día normal te puedes encontrar chela de Linda Vista, Cru Cru, Falling Piano, Reforma y hasta Justicia Divina.

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  • Bares y cantinas
  • Roma

Después de mucha espera y una pandemia, Cyprez al fin abrió su tap room. El lugar, pequeño y acogedor, ofrece solamente las cervezas de la marca, born and raised en la Ciudad de México. Para empezar nos echamos una Iztapa Lager, ligerita, refrescante, limpia y con solo 3.3° de alcohol. Luego probamos la Kentucky Common, un estilo que fue muy popular en (adivinaste) Kentucky, hasta antes de la época de la prohibición en Estados Unidos. Esta chela es de color ámbar, en nariz tiene notas a caramelo y a pan tostado, y en boca es de bajo amargor, elegante, redondita y apapachadora.

La carta de comida es botanera y cumplidora. Nosotros nos echamos el guacamole copeteado, que viene con chapulines y totopos de masa amarilla y azul. Por supuesto, también hay opciones vegetarianas, como los tacos de tinga de jamaica con quesillo. Las tortillas, ¡qué alegría!, están hechas a mano y al momento.

La atención es cálida y esmerada, y, como todos los meseros son beer geeks, podrán recomendarte la chela perfecta para ti. Además tienen chelas en lata y en barril; las de barril las puedes pedir en tres tamaños distintos y así probar más estilos.

Lo que sí: sin importar el día que vayas, te recomendamos llamar para reservar. ¡Seguro se convertirá en uno de los mejores lugares para tomar cerveza artesanal en la CDMX!

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Roma

Encontramos pruebas de que el precopeo es sagrado: Yeccan Cervecería, un rincón cervecero que abrió en la Roma. Para distinguirla del resto podríamos empezar con sus 31 líneas de cerveza o su carta de alimentos creada por Fernando Martínez, chef de Yuban.

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  • Bares y cantinas
  • Narvarte

La apariencia de Barley & Wine es súper desenfadada. Es el bar de la cuadra (que ojalá estuviera en mi cuadra), en donde bien podríamos instalar el home office, para trabajar con la mejor compañía: una cerveza artesanal mexicana, o un vino mexicano.

La oferta de cervezas es cumplidora. Las imperdibles son las de la marca Pin Up’s, las de la casa: la maestra cervecera es la mera patrona de Barley & Wine, que produce sus cervezas y las tiene disponibles en el bar. Pero eso sí, cuando se acaba, se acaba. También hay variedad, al menos 50 cervezas distintas cada semana entre las que se encuentran las viejas conocidas como Wendlandt, Fauna, Delirium y Sierra Nevada.

Si lo tuyo no es la chela también hay una buena oferta de vinos mexicanos. Poquitas etiquetas, pero no se necesita más: Santo Tomás, Vinícola Santa Elena y Cuatro Soles son algunas de las opciones que encontrarás en este bar.

La comida es la típica del bar de chelas. Nosotros le entramos a la tabla de quesos y carnes frías, que está pensada para acompañar a tu copa de vino, pero que también va re bien con una cerveza. Luego nos echamos unas alitas; las de habanero fueron las favoritas. Para terminar, y para compartir, unas papas gajo. La oferta de comida es súper botanera e informal, lo que hace a este bar uno bien cómodo.

Y olvídate de las formalidades. Barley & Wine es un lugar sencillo, informal y apapachador que te atrapa con un menú curado por expertos en vinos y chelas para que te encuentres con los mejores estilos y etiquetas, en la comodidad del bar de la cuadra.

  • Bares y cantinas
  • Condesa

Es raro encontrar un bar dedicado a la chela artesanal que ponga demasiado empeño en su diseño interior. Por eso, cuando entré por primera vez a Drunkendog, en la Condesa, tuve ciertas reservas: su gama cromática parece fríamente calculada y su iluminación sugiere que cualquier lugar es bueno para tomarte una foto —o a tus cervezas—. Pero al probar ahí mi primera chela, se eliminó cualquier rastro de desconfianza, tanto que regreso bajo cualquier pretexto.

Entre trago y trago, noté que el mismo cuidado que se percibe en el diseño, se refleja en las etiquetas que te ofrecen. Ya sea que pidas de su menú de barril —¡tienen más de 30 líneas!— o de lo que hay en sus siempre súper abastecidos refrigeradores, te encuentras con sellos que son garantía en el ámbito local, nacional e internacional.

En Drunkendog encuentras desde las clásicas y favoritas líneas de Wendlandt (Baja California) y Colima (Colima), así como el intenso sabor de la Sout de Olla de Santa Sabina (Jalisco) y las mezclas experimentales de Aviscollem (CDMX). El menú de cervezas importadas varía un poco más, pero aquí han traído Rogue (Estados Unidos), Cloudwater (Reino Unido) y Omnipollo (Suecia), solo por mencionarte algunas para el antojo.

En cuanto a los alimentos hay un par de cosas que debes saber. La mayor parte de su menú son entradas y botanas, y solo tiene algunos platillos fuertes —como la hamburguesa Drunkenburger—; no todos costean la relación sabor-precio, pero sí son una opción para tener algo en el estómago mientras disfrutas de la variedad de chela, ¡prueba sus papas belga! Si tienes ganas de entrarle a la comida, te recomendamos los maridajes que hacen por cada temporada, ya que los platillos son bastante más elaborados y vienen con la cerveza ideal para acompañarlos.

Mientras la normalidad va encontrando sus nuevos lineamientos, tu perrito no puede acompañarte a Drunkendog —hasta antes de la pandemia sí entraba contigo—. Sin embargo, este spot aún es una perfecta opción para la reunión con los amigos, que tanta falta nos hace, y probar cualquier tipo de cerveza que tus papilas gustativas imaginan y saborean.

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  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Roma

¿Se imaginan un piano colgado en medio de una fábrica de chela artesanal? Pues por más raro que suene, eso y más es Falling Piano Brewing Co., un lugar que fabrica sus propias cervezas artesanales inspirado en los clásicos Tap Rooms, concepto gringo que se refiere a un espacio donde se produce y sirve chela artesanal.

  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Condesa
  • precio 2 de 4

El verbo es chelear pero aquí se conjuga de muchas maneras… El paraíso para darle forma a tu barriga chelera. Este pequeño bar alberga más de 160 marcas nacionales e internacionales: claras, oscuras, stouts, ales, drafts, artesanales mexicanas. Tú échale. No cometas el oso de pedir una _________ (inserta el nombre de la chela que compras en la tiendita)… aquí debes experimentar. Si no tienes idea, los meseros sabrán orientarte sin hacerte sentir ignorante. Bebe a gusto mientras ingieres sándwiches, pizzas o sabrosas botanas.

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Hop The Beer Experience 2
  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Cervecerías
  • Narvarte
  • precio 2 de 4

La competencia por tener el mayor número de cervezas de barril está que arde; este bar ostenta ahora el primer lugar en Latinoamérica con 52 barriles de cerveza artesanal helada. Puedes pedir cualquier estilo desde 80ml –sampler–, hasta medio litro; el personal sabe cómo guiarte durante el proceso de selección. 

El Liquor Store
  • 4 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 2 de 4

¡Mucho bueno! Dicen ellos. Sé bienvenido a la tienda especializada en insumos para bartenders profesionales, y para todos aquellos interesados en convertir un trago en toda una experiencia de mixología. No te preocupes si no eres un experto, aquí podrás encontrar el material necesario para que juegues al barecito. Pasa a los refrigeradores y toma una cerveza artesanal.

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  • Bares y cantinas
  • Del Valle

Las opciones cerveceras para los que somos cheleros de corazón y vivimos en la Del Valle, Nápoles o aledañas se sienten insuficientes. Hay algunos representantes muy dignos, pero no alcanzan para darnos la variedad que necesitamos. Por eso, cuando me enteré que Lágrimas de Malta había abierto en la Del Valle, corrí a conocerlo.

Lágrimas de malta es un bar de cervezas artesanales mexicanas. En su carta no hay nada de cheves de otras latitudes. Por eso, cuando llegué y vi algunas cervezas industrializadas en los refrigeradores me sorprendí, pero eso hizo sentido al final. Ya llegaremos a ello.

Aquí hay 12 opciones de chelas en tap y algunas más en botella. Me dio mucho gusto ver marcas mexas que no conocía, como la tapatía Colablanca, Emperatriz —que se produce en Iztacalco— o la huasteca Tenek. También me encontré otras cerveceras pequeñitas que sí tenía la fortuna de haber probado como la citadina Itañeñe o la queretana Cuatro Palos y algunos otros grandes exponentes de la escena cervecera artesanal mexicana como Rrëy de Monterrey o Insurgente de Ensenada.

Para empezar, me decidí por una Monstruo de Agua, que se hace con chile habanero. Mi acompañante aceptó las recomendaciones atinadísimas del mesero, quien recomendó una Light Lager de Morenos. Ambas son chelas de la CDMX.

El mesero aprovechó para recomendarnos la promoción: cuatro chelas industrializadas, más dos artesanales, a un precio fijo. Nosotros le preguntamos por qué tenía cervezas industriales, si el resto de la carta era tan respetuosa de lo mexicano e independiente. Él nos dijo que la promoción está pensada para que las personas que trabajan por la zona puedan pedir las chelas que acostumbran para el after office. Así, consumen lo que saben que les gusta, y prueban algo de cerveza artesanal. 

Es en ese punto en el que aparece la chamba del mesero: tiene que recomendarles alguna que les vaya a gustar para que, poco a poco, se animen a elegir más artesanales. Así, van introduciendo a los consumidores a la industria de la cerveza independiente. Estrategia nivel Napoleón Bonaparte.

En Lágrimas de Malta reciben la cerveza los miércoles, y no les gusta almacenarla, por lo que hacen pedidos más bien pequeños. Así que, como tip, te podemos decir que es mejor que vayas entre jueves y sábado para que te encuentres el refri lleno de ricas y frescas chelas, porque se les acaban.

Para acompañar la cheve te recomendamos los tacos de pulpo, las quesabirrias o la hamburguesa. La comida no es el fuerte de Lágrimas de Malta, pero cumple. Y si lo que quieres es compartir, la opción es el guacamole, que va con salsa macha y chapulines.

Nos contaron que próximamente armarán varias catas y destapes con marcas cerveceras poco conocidas o muy pequeñitas. Por supuesto, por acá te contaremos los eventos que tengan planeados para que te des una vuelta y conozcas más proyectos cheleros increíbles. Nos fuimos con el corazón contento y lleno de cerveza y felices de conocer un lugar que vive y sirve cerveza artesanal mexicana.

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  • Bares y cantinas
  • Roma
  • precio 2 de 4

Si hay tres cervecerías del occidente de México que se convirtieron en nuestras “gallo” desde que salieron al mercado, hace ya algunos ayeres, por mucho figuran Minerva, Colima y Loba. Por eso nos llena de alegría que las tres productoras hayan replicado su gastropub tapatío en una de las esquinas de nuestra querida Roma.

En el cruce de Medellín y Sinaloa, dentro de un local pequeño pero acogedor, te espera Tres Gallos con su amplia variedad de chelas: tienen 16 líneas de barril y muchas más en botella, que están siempre a tu vista (en su refri de ensueño). Como es de imaginarse, no faltan los estilos a los que cada marca te tiene acostumbrado: desde la ligerita y refrescante kölsch de Minerva, la llena de lúpulo Session IPA de Colima y la perfectamente turbia witbier de Loba, hasta ediciones especiales y de temporada como en su tiempo lo fueron Impetuosa y La Bendición.

A las cervezas de la casa se suman varios sabores regionales y extranjeros; aunque nada que no puedas encontrar en otros bares de chela artesanal de la CDMX. Así, entre IPAs, stouts, porters y más se va pasando la noche en este rinconcito de diseño industrial, que irónicamente contrasta con el espíritu artesanal que aún consrvan los gallos que lo conforman

Y como hay que tener buenos acompañamientos para las protagonistas, el menú de alimentos no queda a deber gracias a las propuestas del chef Joaquín Cardoso (Hotel Carlota). A simple vista parece sencillo: palomitas como botana y hamburguesas para el plato fuerte, por ejemplo. Sin embargo, todo lo que encuentras en su carta tiene valor añadido; las primeras cuentan con un ligero sabor a esquites, mientras que las segundas van glaseadas con una salsa especial de la casa.

Quizá nos queda a deber en cuanto a servicio —en mi visita, los meseros no estaban tan dispuestos a guiarme mucho para dar con la chela ideal para mí— y en comodidad, pero se agradece que se levante un nuevo espacio para disfrutar con calma de cervezas ricas, artesanales, a precios razonables y sin prisas.

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  • Bares y cantinas
  • Roma
  • precio 2 de 4

¿Ya se repusieron de la tristeza luego del cierre de Escollo? Yo tampoco. Pero aquí hay una buena noticia: La Roma Brewing llegó para poner a la venta estas chelas en un nuevo tap room en la Roma. De hecho, hasta podríamos predecir que este lugar es uno de los muchos proyectos cheleros que harán de esta zona una de las mejores en cuanto a cerveza independiente, pues el lugar está a un lado de Páramo y súper cerca de Falling Piano.

En La Roma Brewing hay un letrero de neón con una frase que resume todo el concepto: “La mejor cerveza de la colonia”. Aquí, lo mero bueno —y las únicas chelas que venden— es lo local. Puedes tomarte tus cervezas de Escollo y de Villa Koapa Brewing Co., las dos cervecerías que se unieron para armar este tap room. Y también tienen algunas marcas invitadas como Indajani. En cuanto a estilos, hay Light Lager, Blonde, las imprescindibles Stout y IPA y algún hidromiel. Y si no le entras a la chela también tienen coctelería y mezcalitos.

El espacio es súper grande; están a nada de tener ahí mismo su planta de producción para que te tomes la cheve fresquita, recién salida del tanque.

Las opciones de snacks son más seductoras que en los tap rooms de hace algunos años; aquí tienen un guacamole con chapulines que es una delicia y perfecto para compartir además de tlayudas, tetelas, tacos de pescado, ceviches y tortas o sándwiches. O sea, te puedes armar una comida completa.

Mientras logran su propia producción, ve a probar la chela capitalina. Algo que nos encantó es que puedes pedir la pinta completa o el taster; así puedes entrarle a más estilos. Y si de plano no te decides, pídele una recomendación al mesero. Te garantizamos que no habrá falla; siempre están en la mejor disposición de atenderte, sin importar si eres todo un beer geek o si a penas estás entrándole al mundo de la cerveza independiente y necesitas recomendaciones más amables. ¡Hasta te pueden llevar tu pruebita antes de mandarte el vaso completo!

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