20 películas mexicanas para rentar en Cinépolis Klic

El festival de futbol, Gola, presenta Balón al aire, cinta que refleja cómo vive la afición mexicana este deporte. Dirigida por Gabriel Meriño, durante poco más de 40 min intenta desmitificar todo aquello que hay detrás de uno de los deportes más importantes del país, partiendo del famoso y muy señalado quinto partido, aquel que nos deja en el “ya casi”.

El controversial cineasta mexicano Michel Franco se sumerge en el mundo femenino y explora la relación madre-hija que evoca a la figura de Medea, la protagonista de la tragedia de Eurípides que asesina a sus hijos. Aunque el crimen contra las menores en esta película no es el asesinato, Franco explora la psique materna desde una arista oscura y ambigua, una que se contrapone a los roles tradicionales de la maternidad.

En tiempos de crisis económica hay dos alternativas: volvernos más duros o aprender a convivir y apoyarnos mutuamente. Ese es el tema principal de Los bañistas, ópera prima del director Max Zunino. La película sigue a Flavia (Sofía Espinosa), una adolescente rebelde que no encuentra su lugar en el mundo, y a Martín (Juan Carlos Colombo), un viejo viudo que parece haber perdido la alegría de vivir. 

Basada en la novela de José Agustín, el director Roberto Sneider nos presenta a un Eligio que, interpretado por Gael García Bernal, es un actor que representa al típico contemporáneo y contradictorio; el cineasta juega con ese concepto hasta llevarlo a lo absurdo para burlarnos de ese malestar. En la otra esquina está Susana (Verónica Echegui), una literata cansada de lidiar con las actitudes de su marido, y dispuesta a tomar la distancia necesaria.

Según estudios, tres de cada 100 niños en nuestro país, tienen el potencial para convertirse en genios. Jeremías es uno de ellos, el problema es que como suele suceder con muchos otros talentos mexicanos, ni su familia, ni el sistema educativo, están preparados para, ya no digas impulsarlos, sino para entenderlos. Es así como el pequeño, luego de soportar la frustración y el bullying en la escuela, decide tomar las riendas de su corta vida y lanzarse a la búsqueda de darle un objetivo decidiendo qué quiere ser de grande. 

Para su nueva película, Jorge Michel Grau mete las manos a los escombros de una caída importante en la historia reciente de la Ciudad de México, el terremoto del 85. Pero el director no teme llenarse las manos de esa ceniza que aún tiene restos de brasas, en realidad nunca le ha atemorizado tocar temas delicados e incluso escabrosos —Somos lo que hay es ejemplo de ello—. Jorge Michel Grau construye sin pretensiones una situación hipotética —pero no muy alejada de la realidad— que comienza el 19 de septiembre de 1985. 

Es este filme con el que Peter Greenaway se desmarca del biopic convencional y ofrece una descripción subjetiva sobre lo ocurrido cuando el realizador ruso Sergei Eisenstein arribó a México, en 1931, para filmar durante 10 días una película que nunca concluiría; aunque la cinta no toca nada sobre aquel rodaje, sino que se centra en el encuentro de Eisenstein con su guía, Palomino Cañedo, y sugiere un súbito affaire entre ambos. 

La experiencia que tiene el cineasta Nicolás Echevarría para hacer documentales se hace notar en esta película. Si bien el director tiene gran mérito por la documentación, la calidad de sus entrevistas e imágenes, el atractivo principal de la película es la historia que cuenta: la del artista huichol Santos de la Torre, de quien se exhibe un mural en la estación del metro Palais Royal-Musée du Louvre, en París, pero se mantiene en el anonimato para los mexicanos.

“Voy por una cajetilla y regreso” dice el marido. Cuando Elvira despierta, él ha desaparecido. Todo apunta a un amorío. Elvira, interpretada por Cecilia Suárez, es una mujer de 40 años, madre de dos hijos, que se propone averiguar la verdad y confrontar al hombre que la dejó. Con la ayuda de su vecina extra religiosa (Vanessa Bauche) y su mejor amiga (Angie Cepeda), Elvira emprende una incansable búsqueda que la conduce por una serie de enredos y a cuestionar el rumbo de su vida. 

Un hombre baila bajo el hechizo sonoro de “Sympathy for the devil”, de los Rolling Stones, y el estímulo de una copa en la mano. Un niño le reclama por una incómoda visitante. Un castigo es el resultado. La razón: quebrantar la “obediencia perfecta”. Después de trabajar como productor (Morelos, 2012), Luis Urquiza presenta su ópera prima con credencial de vigencia, en medio de canonizaciones y deudas morales no saldadas por la iglesia. 

De acuerdo con un censo internacional, el año pasado subió un 23% el número de millonarios en México; también aumentó la cantidad de pobres en nuestro país, ya son más de 53 millones de personas. ¿Hay forma de reflexionar esta tragedia a partir de una narración cómica? Andrés Clariond lo logra en su ópera prima, Hilda. Criado en una familia adinerada, el cineasta regio sabe cómo armar una radiografía de la llamada clase alta para burlarse de sus contrariedades.

Vayamos directo al grano: Gloria es exactamente la cinta que sus fanáticos esperaban. Se trata de una apología en la que Trevi aparece como víctima de las fechorías de Sergio Andrade y él, por supuesto, es retratado como un villano despiadado y manipulador. Gloria tiene como única finalidad escandalizar al espectador. La historia inicia en 1984 cuando Gloria Trevi audiciona para Sergio Andrade, quien planea el lanzamiento de un grupo pop formado por chicas menores de edad. 

De una manera realista y sin exageraciones, 600 millas retrata la forma en que algunos grupos criminales de México obtienen sus armas de manera legal –y muy fácilmente– en Estados Unidos para después pasarlas a nuestro país y utilizarlas. La historia tiene como protagonistas a dos personajes completamente distintos entre sí, que se ven obligados a ayudarse mutuamente para poder continuar con vida.

Es la primera vez que coinciden, en pantalla grande, Karina Gidi y Daniel Giménez Cacho y sin duda hicieron magia. Los adioses es la segunda película de ficción de Natalia Beristain —una de las directoras mexicanas que nos enorgullecen—, quien nos cautivó con su ópera prima No quiero dormir sola (2012). Su segunda producción retrata la relación de amor-odio entre la escritora Rosario Castellanos y Ricardo Guerra, basada en la obra prolífica de la escritora. 

Igor y Pina no pueden con el deseo. Los sótanos solitarios del edificio en el que trabajan les son insuficientes para su idilio. Además de las paredes, los amantes tienen otro obstáculo en su relación: la esposa de Igor y el hijo de Pina.

Después de demostrar sus habilidades para construir el guión de una película de gran presupuesto, como lo fue Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), Jonás Cuarón (Año uña, 2007) regresa a la silla de director para contar nuevamente una historia de supervivencia humana, pero ahora no lo hace en el espacio exterior sino en el desierto. Más que el entorno, en esta coproducción México-Francia el instinto de supervivencia se detona a partir de una persecución entre un grupo de migrantes y un minuteman (civiles que vigilan la frontera sur de Estados Unidos).

La tercera producción de Amat Escalante es lo más cercano a aquello que ocurriría si alguna película del sorpresivo neo narcocine producido dentro del videohome, fuera dirigida por los hermanos Coen de Sin lugar para los débiles: en el Guanajuato que el director retrata y convierte en un personaje más; la compasión ha sido desterrada, ya no existe un Dios para ampararse y el mal mismo no se puede esquivar (como demuestra con ese logradísimo plano abierto en el que se anuncia una tormenta para representarlo y magnificarlo).

Un thriller psicológico de terror que relata una historia sobre la perversión y la depravación que puede desarrollar el ser humano cuando se aleja de la realidad y los estándares de la civilización. La película, que se desarrolla entre escenas ilógicas de locura, lujuria y sexo, narra la vida de dos hermanos que, tras huir de casa y vagar varios días por las calles, llegan accidentalmente a un edificio en ruinas que aparenta estar abandonado.

La historia se centra en Alejandra (Ruth Ramos), una joven madre y ama de casa que tiene dos hijos con su marido Ángel (Jesús Meza) en un pequeño pueblo de México. Su hermano Fabián (Edén Villavicencio) es enfermero en el hospital local. Un día sus vidas son alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica (Simone Bucio). Ella les convence que en el bosque, en una cabaña aislada, existe “algo” que no es de este mundo, pero que resolverá todos sus problemas. Esta criatura les provocará repulsión, pero al mismo tiempo una extraña fascinación cuando la conozcan.

A pesar de las leyes aprobadas en nuestro país, los asesinatos por homofobia siguen presentes en nuestra sociedad. Actualmente, la industria cinematográfica ha abordado el tema desde varios puntos de vista, siendo Carmín Tropical el primer híbrido entre el documen­tal y la novela negra, escrita y dirigida por el cineasta Rigoberto Perezcano. La historia comienza cuando Mabel se entera de que su amiga Daniela ha sido asesinada. Sin pensarlo, Mabel llena una maleta con lo necesario y toma un camión hacia su pueblo natal. La película se desarrolla en Juchitán, un poblado de raíces zapotecas, al sureste de Oaxaca.