Hagan de cuenta que uno de sus amigos de repente aprendió a hacer pizzas. Presa del entusiasmo que le genera la capacidad de cocinar ejemplares francamente superiores, les llama y les dice “tienes que venir a probar mi pizza”. Ahora hagan de cuenta que ese amigo ya se distinguía por su excelente gusto en cerveza y en múltiples ocasiones bebieron felices vaso tras vaso. Pues eso fue casi lo que me pasó con Lúpulo Pizza. Dentro del bar de cerveza artesanal Hop the Beer Experience 2 en la Narvarte, a una distancia muy conveniente del metro Eugenia, Lúpulo inició sus operaciones. La diferencia entre una pizza cualquiera y una excelente, desde luego, son los ingredientes y aquí están muy conscientes de ello. Por lo mismo, la salsa de tomate es elaborada artesanalmente en la cocina del lugar. También la masa es resultado de un proceso único, ya que está hecha con bagazo (o sea el residuo fibroso que queda al hacer la chela) de cervecerías de la Ciudad de México. Su estilo está inspirado en las tradiciones napolitana y newyorkina, pero las recetas están hechas aquí mismo, por lo que se da un cruce de identidades irrepetible. No podemos dejar de hablar del horno y es que quienes saben de pizza, saben que es quizá la pieza más importante; el horno de piedra de Lúpulo utiliza leña para alcanzar la temperatura ideal y lograr el sabor perfecto en sus pizzas: ese en el que hay partes de la masa que tienen ese famoso char (o sea, que se ve un poco quemado) tanto en la base como en las or
Lugares para comer en la Narvarte
Imagínate esta delicia: comerte el arroz que se quedó pegado a la paellera luego de que ésta estuvo calientita por horas. El resultado es una capa de arroz tostado, crujiente y, cuando se hace bien, que no sabe a quemado (¿será el equivalente valenciano a los tacos de cochinada?). Y en honor a esta absoluta delicia es que existe Socarrat Arrocería, el lugar de cocina española en la Narvarte. Te súper recomendamos ir a Socarrat en jueves, sábado o domingo, porque es cuando hacen paella. Pero acá no la hacen al estilo defeño; es la auténtica española, más roja que amarilla y con un franco sabor a mariscos frescos. Además hacen paella vegetariana bajo pedido. También tienen las súper españolas tapas, raciones y croquetas (otro imperdible). Y si la comida rifa, el mood rifa mucho más: el lugar es informal, con mesas en la banqueta, en plena Narvarte. Así que comer comida española auténtica de una calidad increíble, acompañada de unas cañas y unos tintos, sin dejar empeñados los riñones, es posible. Si no has ido a Socarrat, deja todo lo que estás haciendo, y corre para allá. Una experiencia deliciosa, honesta y bien hecha. Lo malo: cuando salgas de ahí, no vas a querer otra cosa que no sea comprar tu vuelo a Valencia. Te recomendamos: Contracorriente
Sin duda la Narvarte es una de las colonias que resguarda grandes joyas para darle gusto a esos antojos dulces, y una de ellas es María Fortunata, un increíble taller de postres con un toque girly y sofisticado que los sorprenderá con cada una de las creaciones de Marisol Martínez, una repostera apasionada por el mundo del chocolate que decidió darle vida a sus sueños tomando como inspiración a su abuela -o su nonna, como le llaman en su familia-. Lo que me encanta de este lugar es que desde que entras percibes una vibra muy relajada que invita a darle rienda suelta al antojo; puedes pasar por algún postrecito de la vitrina, disfrutar de un reconfortante chocolate caliente con lavanda o encargar un increíble pastel para esa ocasión especial. Su carta es dulce, deliciosa y cambiante (hay sabores de temporada para que no te aburras), podrás encontrar una gran variedad de postres individuales, pasteles, galletas, panqués, bombones, y buenas opciones de bebidas como chocolate de mesa con diferentes toques de sabor, la barra de cafés, matcha, golden milk, chai y limonadas. Las delicias que se robaron mi corazón y que son un verdadero must to eat en María Frotunata, son el eclair de maracuyá, el cheesecake de cabra con frutos rojos y la paleta de avellanas; ¡qué agasajo disfrutarlos con un latte tradicional o de lavanda! si son fans del chocolate tanto como yo, les recomiendo apapacharse con el chocolate caliente 65% cacao con cardamomo y una galleta de plátano con nutella: amarán
Hace unos días andaba en la frontera entre la Narvarte y la Del Valle al Sur, sobre Diagonal de San Antonio, y traía un malévolo ataque de antojo; de esos que te obligan a morder el brazo del que va a tu lado con tal de saciar ese antojo de pan y café. Pero para fortuna de los que caminaban a mi lado Pan de Nube se cruzó en mi camino; además el cielo ennegrecido presagiaba una intensa tormenta, lo que me estimulaba aún más a detenerme por ahí. Como era de esperarse, frente a la vitrina de cristal había varias personas pidiendo sus piezas de pan cual abejas pegadas al panal. Este es el lugar ideal para empezar de buenas tu jornada, para que te apapachen, para reconfortarte cuando el día ha salido distinto a lo que esperabas. Pan de Nube es un sitio donde te reúnes con amigos para olvidarte del trajín de esta ciudad, un espacio tan íntimo incluso para ir en pareja, con la compañía de un buen libro, o simplemente para sentarte a reflexionar mientras tu paladar hace el resto con las maravillas que esta panadería ofrece desde hace seis años. Para sorpresa mía, Lluvia, la dueña de Pan de Nube, acaba de incluir nuevas variedades de pan en la carta, así que no pude resistirme a probarlas. Ni supe por cual comenzar: después de probarlas (casi) todas intenté establecer, a mi parecer, cuál fue la mejor, pero fue imposible. El cubilete hecho con masa de hojaldre con glasé de matcha es crujiente y el sabor de esta hierba está increíblemente presente y balanceado; creí que se perdería el
Jamás les pasó por la mente a los mongoles del siglo XIII que la carne tártara derivaría en lo que hoy conocemos como hamburguesa. Esta civilización trituraba la carne de poca calidad llevándola debajo de su trasero en la silla de montar y la mezclaban con especias buscando que fuese más apetitosa. Sorprendentemente, eso daría como resultado lo que hoy conocemos como hamburguesa. De ahí en adelante, los fanáticos de este sencillo platillo han crecido potencialmente y la formula se ha ido adaptando al paladar. No existe un solo lugar en el mundo donde no se conozca este pedazo de carne metido entre dos piezas de pan. Ricardo, el creador de Margarita —al igual que los mongoles— tampoco imaginó que el ensayo y error de su fórmula lo llevaría a catapultar en plena pandemia su proyecto; antes de la contingencia planeaba irse de mochila a Europa por unos meses para reflexionar y decidir qué hacer con su futuro profesional. Esta sencilla pasarela de hamburguesas en la colonia Narvarte tiene una carta poco extensa pero van al grano, la fórmula es sencilla: productos de calidad bien combinados, mucho corazón en cada preparación y creatividad transformada en magia. Ricardo comenzó su búsqueda con sabores de hierbas y especias pretendiendo que éstas fueran 100% caseras. Sin embargo, poniendo atención a los comentarios acertados de sus clientes, decidió combinar diezmillo, arrachera, short rib, rib eye y tan-tan (o sea, nada más). Mientras Ricardo cocinaba mi pedido y me platicaba su h
La cocina japonesa tradicional con productos buenos y de calidad trascendió las fronteras de Polanco, Roma, Condesa y Del Valle con la llegada de Akuma a la Narvarte. Este lugar pequeñito, que está justo a un lado del Mercado 24 de Agosto, puede parecer modesto, como el restaurante de tu barrio. Pero no dejes que su tamaño te engañe, pues Akuma está al nivel —o mejor que— muchos otros de su tipo. La propuesta es un lugar de cocina japonesa tradicional y oysterbar, pero lo cool de aquí es que algunas cosas van un poco mexicaneadas: que si un jalapeño por aquí, un poco de jícama por allá, algún ceviche o aguachile. Pero eso sí, siempre con productos de primerísima calidad. En Akuma reciben el pescado de Ensenada una vez por semana; si tienes suerte te puede tocar ver cómo lo filetean. Y esa frescura y el cuidado que ponen en el origen del producto se nota. Además, si te sientas en la barra, tras la que está el chef ejecutivo (que estaba formándose para ser arquitecto pero dejó la carrera luego de que decidió que prefería construir platillos) Alan Mejía; joven, entusiasta y súper platicador, podrás ver cómo se prepara todo lo que te comerás y un par de cosas más. Definitivamente ver a Alan trabajar es un espectáculo. De la carta, lo que de plano no te puedes perder son las tostadas de jaiba de concha suave con tartar y col en escabeche; la jaiba está increíblemente suave, súper fresca, crujiente por fuera y húmeda por dentro. También el arroz frito con carne de pato es una absol
Chokoreto es un café pequeñito, apapachador y operado solo por mujeres: Hiromi Takahashi y Cinthya Alarcón se encargan de hornear, atender, administrar y llevar la comunicación del lugar. Es un café grab and go, aunque su calidez invita a quedarse horas. Por supuesto, te tienes que tomar un café, y lo mero bueno de aquí es el latte, aunque los puristas seguro preferirán un expresso hecho con café Café To, la marca de una pequeña empresa familiar que tiene sus cultivos en Chiapas. Lo imperdible son las galletas: de nuez, de choco chips o de confeti, todas son garantía. Lo mejor es que tienen esa personalidad casera que siempre se extraña, que apapacha y que, a los afortunados, nos remite a la infancia. También hay barritas de chocolate de cardamomo con café, malvaviscos cubiertos con chocolate, enjambres, los hiper populares brownies, tapioca y arroz con leche. Puros postres felices. En Chokoreto también puedes pedir postres por encargo: te hacen tus galletas, panqués, brownies, o lo que quieras (como tip, son tan, pero tan caseros, que hasta podrás engañar a tus convidados y decirles que los hiciste tú). Definitivamente Chokoreto es uno de los imperdibles de la Narvarte; es un concepto alejado de la frialdad del resto de los cafés grab and go. Aquí, puro abrazo dulce.
Este café es el mejor secreto de la Narvarte, no solo por su locación tan discreta y cómoda, también por su tamaño. Después de trabajar duro en varios bazares veganos de la Ciudad de México y lograr su meta en crowfunding, Café Vegetal abre puertas para ofrecer productos éticos, sanos, 100% libres de productos animales, pero sobre todo, deliciosos. A unos pasos de la transitada Xola, tres mesitas junto a una jardinera te dan un descanso del caos de la ciudad. En mi primer visita, me fui directo al cold brew porque tenia bastante calor; lo pedí con leche de soya. Refrescante, acidito y cremoso. Obviamente tenia que acompañarlo con uno de sus brownies. Es sorprendente como algo sin huevo, leche ni mantequilla tenga el mismo sabor y consistencia que uno tradicional. A pesar de ser un pellizquito, el venue se siente reconfortante ya que sus dueños —una pareja de activistas veganos— le dotan una energía que te hace sentir bienvenido en cualquier momento. Para mi segunda visita me atreví a pedir un chocolate frío con una rebanada de pastel de zanahoria con glaseado de azúcar y limón. Cada mes tienen productos de temporada; desde pan de muerto y roscas con nuez garapiñada en lugar de muñequito de plástico, hasta pupmking spice latte frío y el famoso blue unicorn latte (si visitan el café y lo tienen en la carta, no duden en pedirlo frío). Como veganos de hueso —bueno, semilla— colorada, cuentan con un espacio en el que promocionan a gatitos y perritos en busca de casa, así que tal v
Si eres amante furtivo del tocino, encontramos el lugar perfecto: Bacon Bar. Este restaurante cuyo ingrediente principal es el tocino, abrió desde 2016; tuvieron que cerrar por un tiempo, pero ya están de vuelta desde hace casi dos meses para seguir deleitándonos en la colonia Narvarte. Aquí el límite lo pondrá tú estómago porque con solo ver el tamaño te llenarás. Hay de dos elecciones: hamburguesas o sándwiches, así de sencillo pero cumplidor. También encontrarás cervezas artesanales, nacionales e internacionales, pues Bacon Bar igual funciona como tap room. Hablando del lugar, les diré que a simple vista parece un poco descuidado, pero creo que la música hace que tenga buen ambiente. Como no tienen el nombre afuera es fácil perderse, pasarlo de largo y pensar que no se encuentra ahí. Pero hablemos de la delicia que me hizo llegar ahí: sus hamburguesas. Son exquisitas, desde el pan, la carne y las papas. Nada sabe procesado porque las papas y el tocino son hechos en casa. Me decidí por la Boss Burguer y de verdad que me dejó encantada con el sabor del tocino y la carne: jugoso y doradito, con queso derretido y salsa honey sriracha. Por recomendación la acompañé de una imperial peanut stout. No sabía que la cerveza sabor cacahuate existía, no fue mi favorita pero se acompañó muy bien con la hamburguesa. De postre pedí the great golden bread, elaborado con pan brioche artesanal, plátano, Nutella, tocino, todo empanizado con cereal y bañado en miel de maple. Soy una persona qu
Es comida casera y callejera pero vegana. Encontrarás especialidades semanales y mensuales, como una sopa de frijoles negros con fideos y chipotle; con cebolla y cilantro. Si ya te dio hambre, espera a que te contemos lo demás que probamos. Todos los tacos están hechos a base de soya, setas y gluten de trigo. Ármate un clásico de pastor con arrachera, un campechanito debidamente acompañado de limón y salsa. Si te animas, pide uno de lengua (sí, también es vegano), o un alambrote, que incluye todo lo anterior sobre cinco tortillas. Si pides algo con queso hazlo con seguridad, está hecho de papa y queso. Si vas en jueves, viernes o sábado, pide unos güercos. Son unos frijoles charros que con medio aguacate encima te llevarán a la gloria.
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