Si te asomaras al local donde está ubicado Glace seguramente no te imaginarás los sabores y la calidad de helados que vas a encontrar. Esta heladería está en un localito en la Del Valle, y solamente tiene la barra de helados al fondo, para que compres tu vaso o tu cono y te lo lleves para caminar por la Del Valle. Pero si entras al lugar te darás cuenta de que aquí el gran diferenciador son los sabores del helado. Lo primero que llamó mi atención fue un sabor que nunca había probado, y cuya existencia no me había pasado por la cabeza ni una sola vez: helado de sal. Seguro ya te entró la duda, pero sí: este helado se come de postre. La base sabe un poco entre leche y vainilla; tiene una consistencia cremosita deliciosa que patrocina la crema orgánica con la que este helado está hecho. Mientras comes, te vas encontrando por ahí granitos de sal de mar, suficientes como para que en cada cucharada te toque alguno, pero no demasiados como para saturar tu paladar. Encima, este helado lleva un poquito de caramelo, que le da una textura más crujiente y que ayuda a equilibrar el sabor de la sal, ¡una delicia! aunque si no eres de sabores fuertes a lo mejor este helado no será para ti. Otra delicia que por la temporada me tocó probar fue el helado de nogada. Yo soy de las que opinan que la nogada nació siendo y siempre debió de ser un postre para preparar con ella uno de estos deliciosos postres con nogada (queso, crema, nuez, jerez y azúcar… ¡pónganselo a un pastel!) y con este helado,
Comer en la Del Valle te lleva a descubrir crepas saladas, cafés de especialidad, cemitas y las mejores garnachas. Comer bien no tiene por qué ser caro, descubre la guía completa para comer barato en la CDMX.