En casi todas las familias existe esa persona encargada de prender el fuego porque cree que es un experto en parrilla, pero, egos aparte, siempre se puede aprender mucho más de los profesionales. Azur es un patio boscoso, aparentemente similar a otros de la nueva oferta de oasis montañosos para alejarse por un día de la vida citadina. Para llegar, lo más sencillo es subir por toda la Picacho-Ajusco sin desviarse por las calles aledañas. Una vez que llegues, respira el aire fresco y date un momento para contemplar la vista al Pico del Águila (se vale llevar chamarrón o hasta cobija de tigre porque más tarde el frío se pone denso). Volvamos a la carne, ya que este lugar se presta para entrarle como Picapiedra. Azur no solo es especial por su cocina, sino por el concepto grill table que manejan. Cada mesa tiene integrada una parrilla donde el grill master se coloca frente a ti para dar una clase práctica sobre el arte del fuego y los cortes. Prender el carbón está bien, pero ¿sabes de qué sección de la res viene un Tomahawk o qué ocurre si le echas cerveza a la carne mientras se asa? Están muy preparados en el tema, así que aprovecha la experiencia para resolver todas tus dudas, tomar nota y hasta parrillear tú mismo un Cowboy o un T-bone; al salir estarás listo para presumir tus habilidades cuando se arme la carnita asada. En mi caso, lo más difícil fue concentrarme mientras el olor de la carne y la salsa martajada de tuétano (también hecha al momento) me hacían agua la boca.
Las propuestas gastronómicas de otras zonas de la ciudad como la Roma, Condesa o San Ángel, han dado mucho de qué hablar. Sin embargo, en Tlalpan también puedes encontrar una gran variedad de restaurantes y cafés de especialidad.