Si bien es cierto que la mayor parte de las salas de este museo están dedicadas al Holocausto (y quizás por eso has escuchado a alguien por ahí decir “se llama Memoria y Tolerancia, pero es del Holocausto”), el MMyT es una institución seriamente comprometida con la promoción de los Derechos Humanos y la cultura de paz. Muestra de ello son la serie de actividades y exposiciones temporales ligadas a la difusión de estos grandes temas, en los que la construcción de una cultura de la tolerancia resulta su eje central.
En un país como México, en el que 4 de cada 10 personas afirma que no permitirían que un homosexual, indígena o extranjero viviera en su casa, la promoción del respeto y reconocimiento al otro resulta fundamental. Es por ello que, desde su apertura en octubre de 2010, su directora Sahron Zaga, hacía referencia a la urgencia por cambiar esta serie de ideas tan dañinas y arraigadas en nuestra sociedad. En ese entonces habían realizado una encuesta en la que 90% de la gente respondió que tolerar era soportar aquello que no les gusta.
El recorrido por el museo comienza en el quinto piso con una introducción al tema del holocausto judío. Siguen la sala de entreguerras, con seis estaciones, todas muestran una pespectiva histórica y reflexiva de los hechos. Las siguientes salas están dedicadas a otros genocidios (Armenia, Ruanda, Yugoslavia y Guatemala). Una vez que se han revisado estas grandes tragedias, se da la transición de la memoria a la tolerancia: de forma conmo