Lechón platillo de Jacinto y Paz
Foto: Alejandra Carbajal

Restaurantes en San Ángel

No le busques más, estos son los mejores lugares para salir a comer en este barrio de la CDMX

Escrito por
Time Out México editores
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Bellas calles empedradas y casas de estilo colonial hacen de San Ángel uno de los barrios más icónicos de la ciudad. Uno de los lugares más visitados es la Casa Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, la primera parada de los 15 lugares imprescindibles de San ÁngelSi tienes ganas de fiestear y pasar un rato inolviddable, visita los mejores antros y bares en San Ángel

Encontrarás muchos lugares increíbles para comer. Descubre lo que esta zona de la CDMX tiene para ofrecerte: desde bistros imperdibles hasta lo mejor de la cocina internacional. Conoce por ti mismo la personalidad gastronómica del sur de la Ciudad de México.  

Recomendado: Los 50 mejores restaurantes en la CDMX.

Lugares para comer o tomar café en San Ángel

  • 4 de 5 estrellas
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  • San Ángel

Acaba de abrir uno de los restaurantes más bonitos de la CDMX en San Ángel. No es broma. Un lugar histórico, que alguna vez formó parte del huerto del Convento del Carmen, en San Ángel, es ahora casa del nuevo restaurante del chef Mario Espinosa (Madereros, Tencüi). La entrada es discreta, casi se pasa de largo entre el movimiento de Revolución, pero una vez que empiezas a recorrerlo, cada esquina te va sorprendiendo con su impecable diseño interior, a cargo de Ricardo Casas.  En el jardín, con su silencio, sus esculturas, árboles frutales y la vista a la cúpula del Templo del Carmen, todo se siente en comunión con lo que fue el barrio hace décadas. También recuerda el estilo del arquitecto Luis Barragán. Luego está el salón principal, con sus paredes azul profundo y decorado vanguardista donde vas a querer capturar cada detalle.  Aquí hay plan tanto para desayunar con tu mamá, como para un brunch de amigas el fin de semana (sesión de fotos obligada).   Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Time Out México (@timeoutmexico)   Se llama Magda en honor al único río vivo de la ciudad, el Magdalena. Para crear el menú, el chef se inspiró justo en los productos que se obtienen en un huerto a las laderas de un río, por lo que, en honor a la historia, su menú está lleno de productos frescos, con muchos vegetales y frutas. Entre lo que debes probar está el ceviche de chicharrón norteño, de ese bien carnosito, con los toques ácidos del limó

  • 4 de 5 estrellas
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En esta ocasión tuvimos la oportunidad de probar los platos más icónicos del hermano más sofisticado de Séptimo en San Ángel.  Séptimo ya tiene su buena fama en el centro de Coyoacán: comida auténticamente italiana en un ambiente tranquilo pero nada pretencioso, utilizando buenos ingredientes y procesos, sumado a una gran coctelería, todo en un mismo lugar. Como todo buen hermano “menor”, Séptimo Ostería parte del mismo concepto, pero un poco menos bullicioso y con platos más complejos. Su ubicación permite estar alejado del alboroto del tráfico sureño; además cuenta con un amplio lugar, apto para todo público, coctelería de autor, música (un tanto menos juvenil) y una carta con una esencia distinta a cargo del chef ejecutivo, Jelsen Costales.  De entrada, probamos el carpaccio de salmón, servido con cebolla, pepino, pistache, aceite de oliva y pimienta, acompañado de crutones frescos, recién salidos del horno. Una entrada que tiene la complejidad de cada uno de los ingredientes, puesto que ninguno se siente más que otro, todos brillan y se complementan espectacularmente.  Seguimos con dos platos fuertes, el primero fue el risotto calabrés, preparado con salami calabrés italiano, tocino, pimiento morrón, cebollita y grana padano (queso con denominación de origen italiano). Otra estrella por su cremosidad que se derrite al contacto con tu boca y los toques salados del queso hacen una joya como si la preparara nuestra nonna (léase con acento italiano), con esas notas de amor qu

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  • 4 de 5 estrellas
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¡Ponte tus orejitas, ahora Kitty tiene toda una casa para ella! Fuimos a la inauguración de la segunda sucursal de Hello Kitty Café en San Ángel y esto fue lo que encontramos de la mano de la gatita kawaii más querida de la ciudad. Ya puedes visitarla a partir de hoy. 1. Un palacio dedicado a Kitty Llegar al nuevo Chateau, al final de la Plaza Catorce en San Ángel, es como descubrir un jardín secreto. Además de su decoración romántica, cargada de flores y colores pastel, cada detalle de la decoración hace homenaje a Hello Kitty. Desde la fuente en el patio central, la vajilla y las paredes hasta en el techo de cristal, Kitty aparece en cada rincón. 2. Experiencia inmersiva En el segundo piso de la casa puedes tomar un recorrido guiado donde vas a aprender datos curiosos de la vida cotidiana de este personaje, su hermana gemela Mimmy y sus amigos, además de sorpresas que seguro te darán muchos corazones en Instagram. La visita es gratis con un consumo mínimo en alimentos o tendrá costo si solo vas a esta experiencia. 3. Zona infantil Para los más pequeños, la nueva sucursal cuenta con una zona para que se diviertan en la alberca de pelotas o jueguen a ser cocineros mientras la familia disfruta en los salones de café. 4. Tienda oficial de Hello Kitty ¿Eres tan Kittylover que siempre debes tener algo de su mundo contigo? Cerca de la entrada hay una tienda con llaveros, peluches y muchos otros artículos con diseños exclusivos de Hello Kitty para que los agregues a tu colección. 5

  • 4 de 5 estrellas
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Ikigai, una de las opciones más frescas y ricas de nigiris en la CDMX ya tiene una sede en San Ángel (bienaventurados todos los sureños, y los que no quieren ir a Lomas, ni para probar esta ya garantizada propuesta de cocina japonesa). Ikigai resultó ser un referente de frescura que ya tenía grabado en el paladar. Si lees esto probablemente ya ubicas Umai, un restaurante del mismo grupo, donde la atención y calidad son los primeros valores que se me vienen a la mente. No esperaba menos en este nuevo proyecto. Fui a Ikigai para experimentar un omakase. Abrí mi paladar con un Spritz de la casa que se aleja del sabor a pluma del que ya conocemos (esto es una opinión meramente personal). Este está hecho a base de sake y adornado con una hoja shiso. Ahora, sin más preámbulo, a lo que se vino a leer acá: Comenzamos probando las típicas entradas de un restaurante japonés. Edamames, ensalada de algas y el famoso tiradito de kampachi que juraría se derrite antes del primer bocado. La diversión real se centró alrededor de los nigiris. En todos los casos, el siguiente fue mejor que el anterior. En este orden, en la primera etapa: akami (lomo de atún rojo: elección segura), salmón (más que seguro), huachinango (personal favorite), hokkigai (almeja, para los que nos gustan las texturas).  Luego llegó el ikura con limón y huevo de codorniz para generar un quiebre que no todos fueron capaces de probar. No todos nos comemos un shot de esferas crudas sentadas en un limón pero, ¿por qué no

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  • 4 de 5 estrellas
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Para bocados elegantes, pensados y frescos, el sur de la CDMX siempre tiene una propuesta, Eso probamos en Ornella, cuya propuesta no tiene nada que envidiar a otros restaurantes de cocina italiana del sur. Un ambiente grato, casi sacado de una película, ayuda a adentrarse en todo un mood: cada detalle de la decoración y contexto musical tiene sentido con la carta. Sería mal educado de mi parte no comenzar toda esta experiencia con una copa de vino tinto (selección especial) de la casa. Hoy todo se trata de seguir recomendaciones a cabalidad. Después de un tapenade de berenjenas, cumplieron mi capricho de poder pedir ambos tipos de gnocco frito: dos de prosciutto y dos de trufa negra. En lo personal, el sabor de la trufa ya se hace algo muy choteado; ¡todos la usan para que el plato parezca más caro! Pero aquí la usan como un con prudencia. Aunque el gnocco desaparece en menos de un mordisco, te transporta a un familiar. Hay algo en la textura de la masa y su sabor que me dice que todo esto tiene un propósito, que es legítimo y al menos me lo he saboreado mentalmente viendo fotos de panzerottos. Después probé el carpaccio di manzo; el chef Axel Vazquez notó que mi diente podría aguantar una entrada más y tuvo el detalle de permitirme probar sus arancinis (croquetas de arroz con prosciutto, mozzarella y salsa tartufata) que no decepcionaron. Ahora vamos con el real deal: el risotto allo zafferano (azafrán, tuétano, parmigiano, ragú de ossobuco) y el raviolo gigante di ricotta

Dulce Olivo
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • San Ángel

Dulce Olivo es uno de esos lugares a los que probablemente no entrarías por no saber lo es, y ahí es donde entramos para contártelo, entendiendo que resaltar en Avenida de La Paz (zona restaurantera por excelencia) es un reto. De inicio se siente como un bistró bajo menú internacional, de espacio agradable y estéticamente llamativo en azules y verdes que contrastan con muros blancos, focos vintage y piso de madera. La bienvenida resalta con una pequeña canasta con pan de pesto de albahaca y de queso parmesano, manzana y arándanos. Llegan suaves, esponjosos y calientitos. La mantequilla de pato que los acompaña es ligera y muy cremosa para lograr el match perfecto. Para preparar el paladar pedí la trilogía de tostadas: atún a la parrilla marinado en salsa de anguila; salmon con vinagreta y papa paka; y camarón al natural con velouté de aguacate. Las proteínas sobresalían con frescura mientras la tostada crujía a la primera mordida. Bajo esta misma fortaleza llegó pechuga de pollo bañada en salsa de setas con una cama de puré de papa y tuétano que le rebajaron el sentido seco. Aunque la barriga se sentía a tope, no podíamos irnos sin postre (a pesar de que no hay tantas opciones). La tarta de manzana y pera es uno de los emblemáticos, las frutas simulan pétalos y el helado de vainilla complementa la dulzura. Una adición a San Ángel que no defrauda y se siente de disfrute tranquilo, casual en cocteles (carta breve, pero son llamativos), y con un tono más a cafetería si vas a des

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  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Mediterránea
  • San Ángel
  • precio 3 de 4

Pabellón Altavista fue en los años 40 la mansión de los Peralta, una histórica familia mexicana de empresarios. Hoy alberga tiendas de ropa, servicios y algunos de restaurantes, y aunque parezca un simple centro comercial, después de ver el nacimiento de las cadenas Cinemex e Italianni’s, continúan surgiendo sorpresas que renuevan los aires veteranos de esta plaza. Así nos pasó con Anastasia, un rincón joven que se desprendió del concepto típico de comidas en centros comerciales. El interiorismo retoma los aires señoriales de la historia del lugar en un elegante comedor con pisos de mármol, reflejos plateados y candelabros; aunque no pretenden ser un restaurante de corbata. El menú no distó de esta idea con platillos clásicos de la cocina mediterránea europea. Para abrir apetito están las crujientes tostas de gulas hechas con surimi y aguacate en pan tostado, o la de queso brie con anchoas, que contrasta lo salado con unas cebollas caramelizadas e higos dulces. También hay croquetas de jamón serrano de bechamel con alioli de chipotle, para acompañarlas con una limonada de pepino con mezcal. En los platillos fuertes aparece el filete wellington, una receta inglesa que tuvo auge en los años 80 servido con gravy y espárragos. Y para no alejarnos de la temática mediterránea, están los ravioles de tres quesos y aceite de trufa, con mozzarella, ricota y queso de cabra. La salsa es ligeramente picante por los piquillos, una combinación que se acompaña bien con vino blanco. También e

  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Ecléctica
  • San Ángel
  • precio 4 de 4

A cargo del restaurante está el chef Alfredo Ramírez quien nos demostró que con el gusto, el olfato, e incluso el oído, su cocina está en la búsqueda de la lealtad del cliente. El lugar muestra una decoración sencilla con colores tenues que relajan y mesas amplias para una sobremesa larga. La terraza se encuentra al fondo y tiene un ambiente más juvenil; con música que va desde un pop de Britney Spears u OV7, hasta Chainsmokers a mayor volumen. Ideal para tomar un copa con tus amigos. No es un restaurante con una especialidad definida, pero el propósito de cada uno de los platillos se cumple. Como el aguachile citrón-camarón, con camarones abiertos en mariposa bañados en una salsa de toronja, naranja, limón y jengibre, ingredientes que obligan a la frescura. El pulpo real se encuentra sobre una cama de filete de pescado bañado con reducción de vino blanco y naranja; desde que llega el plato a la mesa te llegan los aromas del pescado con dejos dulces, al dar el primer bocado puedes sentir la textura del pulpo suave pero firme, no chicloso como acostumbra volverse con una mala cocción. Si prefieres la carne roja, está el rib eye tomahawk prime horneado en jugo de carne, mantequilla, mostaza antigua con un toque de ajo y romero. Se presenta sobre una parrilla individual lo suficientemente caliente para sonar la sinfonía de un corte de carne sobre el asador; viene acompañado con jugo de carne y ensalada al orégano con una vinagreta de balsámico y aceite de oliva. La carne está ta

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  • Restaurantes
  • Francesa
  • San Ángel
  • precio 3 de 4

En el corredor gastronómico de San Ángel está Le Coq, un bistro alojado en una hermosa casa antigua, con un amplio patio para fumadores y una pequeña tienda de productos franceses, como quesos, mermeladas y patés. Su carta, una colección de clásicos de la cocina francesa bien ejecutados, complace a una clientela que no busca tanto la propuesta o la expresión personal de los cocineros, como la sensación reconfortante de lo que se conoce y disfruta desde siempre. De sus entradas, probé un rico paté de campagne y unas untuosas rillettes de pato. Luego una tártara de atún fresco, en la que se les pasó la mano de jengibre; su sabor picante opacaba al pescado, y el aguacate y el pepino no lograban equilibrarlo. La sopa de cebolla cumple con las expectativas, lo mismo que el filete al vino tinto. Para terminar, me gustó su aterciopelada mousse de chocolate con praliné de avellanas y tuile (galleta fina y crujiente) de almendra. La carta de bebidas es interesante y además cuentan con cenas-maridaje especiales, presentadas por Hedoné Experience, distribuidores de vinos y de champaña Bollinger, la que toma James Bond. En fines de semana te recomiendo reservar.

Café de las Artes
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Cafés
  • San Ángel
  • precio 1 de 4

Se encuentra dentro de una plaza blanca llamada Villas San Jacinto en donde hay tiendas de artesanías y marcas mexicanas como Pineda Covalín, Flora María y Adoro México. Este café está en la esquina del edificio, en una terraza con pocas mesas (unas tres o cuatro) y un ambiente muy tranquilo; pareciera que estás en París, pero con algunos toques mexicanos que lo hacen cómodo y cálido. Detrás de la barra destaca un impresionante vitral con una imagen colorida que parece ser una hacienda, y por encima hay un candelabro de cristal. En la carta de bebidas encontré infusiones, tés y cualquier variedad de café. Pedí en la barra una infusión llamada abril en méxico, que tiene la base de té negro con mezcla de flores y mango; el aroma que tenía era a frutos rojos y tropicales mientras que en la boca fue completamente floral y con la temperatura perfecta para beberlo. Tienen una carta de alimentos que no es extensa, con sopa del día, paninis, ensaladas y postres. Pregunta por los paquetes que incluyen una comida completa a precios bastante razonables. Después, me decidí por pedir una ensalada de quelites y un panini clásico; la ensalada, tenía quintonil, hoja santa, huauzontle y una mezcla de lechugas, también venía acompañada de aguacate, jitomates y queso panela asado con una vinagreta de limón; la presentación es muy simple y el sabor es original. Después probé un panini clásico que estuvo delicioso, tenía roast beef (buena cocción y sazón) con cebollas caramelizadas, aguacate y ji

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