¿Qué es? La esencia de Oaxaca y el restaurante Criollo vinieron a la Ciudad de México para aterrizar en la más reciente apertura de Enrique Olvera. Simulando la cueva de un murciélago, o un cenote, Ticuchi narra en platillos los sabores de la tierra a partir de un menú pescatoriano, a base de vegetales y con una onda mezcalera que funciona a cualquier hora de la noche.
¿Por qué ir? Ya que solamente abre para cenas, vale la pena hacer reservación para dos y sentarse en la barra para degustar cocteles a base de sake y mezcal, mientras comparten cuantos platillos sean posibles de la corta —pero muy satisfactoria— carta de alimentos.