Limantour CDMX
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Antros y bares en la Roma

Baile, cerveza, cocteles y lo mejor de la vida nocturna en una de las colonias con mejor espíritu de fiesta en la Ciudad de México

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La Roma es una de las colonias más interesantes de la CDMX: los restaurantes y cafés en la Roma tienen propuestas de alta gastronomía, y si buscas bien encuentras restaurantes buenos, bonitos y baratos en la Roma

Además, ir de shopping en la Roma es parte de la experiencia, ¡ofertas ilimitadas! Si cae la noche, acude a los lugares para precopear en la Roma para calentar con lo mejor de la vida nocturna.

Recomendado: Los 20 mejores bares de la CDMX.

Los mejores antros y bares en la Roma

  • Coctelerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Musak
Musak
Una nueva casa para jazz, soul, disco, funk y electrónica: Musak, el hi-fi listening bar del restaurante Tres Tonalá, cuya mixología fue curada por Mica Rousseau (Fifty Mils) y supervisada por el italiano jefe de barra Raffaele Chinea. Bajo el mismo formato de un speakeasy, hay que preguntar al llegar, pues la magia de la entrada ocurre tras una pared que se mueve. En cuanto ingresas la música penetra de manera diferente: el espacio parece un ecualizador gigante que da total libertad a la música sin perturbar el volumen de tus conversaciones. Elegante y Gatsby-neano, toma asiento en los aterciopelados sillones y rodéate por los tonos dorados y azul marino. Deja que Billy Preston (la figura del soul) sonando al fondo te guíe sorbo por sorbo al frank sinatra, un trago seco con tequila, tonos de clavo, nuez y pimienta con una crusta de chocolate que se derrite entre mordidas. BB King no apareció con su guitarra, pero sí en una muy agradable mezcla de bourbon con coco y vainilla para aquello de lo tropical, sumado con piña tatemada, amaro y limón amarillo. Serge gainsbourg conserva la misma actitud de este versátil compositor parisino, es un trago de mezcal con licor de chile ancho y rebajado sutilmente con té roiboos. A la sensualidad de Musak se le añaden sesiones en vivo de djs y grupos invitados, ofertas frescas que complacen a melómanos y sibaritas por igual. Total, del buen trago y la buena música nadie te quita lo bailado. 
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Departamento
Departamento
La comunidad fiestera de la CDMX a veces prefiere quedarse en casa, aunque eso no quiere decir que el desmadre se encuentre temporalmente suspendido; la próxima vez que pregunten dónde es la fiesta, la respuesta que tienes que dar es Departamento. El nombre de este bar te explica lo que te espera, un interiorismo que te recordará al depa de un amigo listo para agarrar la fiesta, con todo y tornamesa en la sala y luces tenues que te incitan a quedarte durante horas discutiendo sobre los artistas en los discos de vinil; cada elemento de Departamento está pensado para despertar tu calor hogareño e íntimo. Ya que te sientes como en casa decides si bailas o platicas. La propuesta musical embona con el concepto y con la colonia; suena en su mayoría beats relajados de música electrónica con dj en vivo, hasta un poco de rock en inglés y en español. Además, cada miércoles tienen sus famosas sesiones Improvisión. Sin falta, en cada ombligo de semana, se presentan musicos de la escena nacional e internacional, sin ensayos previos. Acá la espontaneidad es lo más importante. El evento semanal por excelencia. Departamento es el lugar ideal para beber una cerveza y quitarte la sed, unos whiskys cuando quieres enfriar los pensamientos y relajarte, o unos mezcales para brindar por la noche y por tus anfitriones que pusieron la casa; sólo recuerda avisarles antes de llegar, contáctalos por Facebook y haz reservación.
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  • Antros
  • Roma
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Patrick Miller
Patrick Miller
Por más de dos décadas, su piso ha atestiguado los mejores pasos de la urbe dentro de sus círculos de dance-offs. Ahí, todo tipo de personajes de la ciudad –bailarines, hipsters, fresas, rucos y taxistas– se unen por el amor al desgaste de suelas. Lo mejor es ir en las noches de los ochenta, noventa y dos miles, que son mucho más amigables que las intensas de high energy, que podrían parecen muy sanas para los inocentes: todo mundo tiene una botella de agua en la mano. (Para saber qué toca hay que checar el calendario en la página). Vale la pena asomarse un rato al círculo de competencia de baile y ver los asombrosos pasos de quienes van cada viernes. Ellos, los héroes del lugar, se toman el baile en serio y van de pants, aunque nunca faltan las que no supieron y fueron de vestido y tacones. Lo más recomendable es ir cómodo. Todo esto da un feeling de esas películas taquilleras adolescentes de concursos de baile. Tras la adictiva primera visita podrás llegar a pensar que los viernes fueron exclusivamente creados para celebrar en esta bodega de paredes pintadas de colores neones, que bien podría haber sido un lugar de laser tag. Una bola disco y vigorosas luces estrambóticas son más elementos del encanto propio del lugar. Entre tanto baile, y a falta de aire acondicionado, el sudor fluye sin pudor alguno. Para saciar la sed en este magno-sauna hay dos opciones: agua y cerveza. Comprarlas implica hacer una fila (kilométrica, a veces), conseguir una ficha y cambiarla en la...
  • Antros
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Si no estás en la lista de invitados, si no eres amigo de Zemmoa –la cadenera travesti– o si no cuentas con tarjeta o anillo de membresía, pasarás un momento incómodo afuera de una puerta cerrada mientras una pequeña cámara te observa. Entrar a uno de los mejores antros de la ciudad no es fácil, pero si lo logras querrás regresar cada fin de semana. M.N. Roy, “Em. En. Roy”, “Monroy”, “Roy” o como quiera que le llames, lleva el nombre de la persona que habitó la casa que hoy ocupa este ecléctico espacio arquitectónico: Manabendra Nath Roy, revolucionario, activista y teórico indio que a principios del siglo pasado fundó el Partido Comunista Mexicano. Un siglo después, en lo que alguna vez fue una guarida socialista, hoy podrás encontrarte a León Larregui de Zoé (socio del lugar) dando vueltas por ahí o a Adanowsky y otras figuras de la escena artística poniendo discos. Al cruzar la puerta negra de la entrada, la creación de los arquitectos Emmanuel Picault y Ludwig Godefroy contrasta con la descuidada fachada exterior. Un pasillo claroscuro, con paredes de piedra volcánica grabadas con arte puuc te llevarán al cuarto principal. De lado derecho, el DJ booth se alza debajo de paredes de madera de doble altura que asemejan una pirámide, mientras que del lado izquierdo, la barra principal se extiende debajo de altos techos y paredes con recubierta de cobre. Para tomarte un descanso, sube al segundo piso, donde una fila de columpios se prestan para platicar con trago en mano y...
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  • Coctelerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Los hermanos Ricardo y Yayo Nava, con su vasto conocimiento en el mundo coctelero, se embarcan ahora en un espacio propio donde rinden homenaje a su abuelo Mauro, quien se muestra con una actitud interesante detrás de sus gafas oscuras en varias de las fotos que adornan los rincones de este bar.  Antes de la comida, en Orizaba, su abuelo se daba un tiempo para relajarse con un aperitivo a la manera italiana. Un vermut, un amaro o un negroni que nos abstraiga de las tensiones laborales y nos prepare para lo que sea que venga después, sea una comida en familia o un gran banquete. Ricardo nos cuenta que la inspiración tras el concepto fue justamente la época en que su abuelo rondaba los cuarenta años. El diseño interior hace referencia al Milán de los años 70, muy ad hoc con el impulso que quieren darle a los licores clásicos para tomarse a media tarde.  No es novedad que con poco tiempo abierto ya es difícil conseguir mesa si no es por reservación. De los cocteles bajo el nombre de “Sabores Legendarios”, el icono es el Maurito, un trago claro y burbujeante con mezcal, Lillet Blanc, jerez y un toque de guayaba. Otro que nos recomienda Ricardo es el Negroni 1929 (Gin, vermut rosso, campari, nibs de cacao y fresa); si quieres algo más mexa, prueba el Mango Salad, con tequila, tomate y mango en un coctel transparente, ligero y un poco peligroso.  Para acompañar, hay botanas también muy italianas. Mi favorito fue el plato de quesos maduros que despiertan las notas umami de los...
  • Gastropubs
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Jazzatlán Capital lleva más de 10 años en México. El espacio bohemio nació en Cholula, Puebla, para que cualquier visitante deleitara el gusto y oído. A finales de 2018 se extendieron más allá de las tierras poblanas y el proyecto fundado por Rodrigo Moctezuma aterrizó en la Roma. Con restaurante y tap room, ya tienes un nuevo lugar para escuchar jazz en la CDMX. En el lugar se toma chela artesanal y se ofrecen principalmente antojitos mexicanos, pero lo más importante es el jazz. La cartelera cambia cada mes. En el segundo nivel de esta casona se encuentra el pequeño escenario para escuchar bandas en vivo, como Champetos del Jujú,  con música africana y caribeña con ritmos de jazz, y JAB/Jenny Beaujean.  Si el antojo poblano acecha antes de las horas fiesteras, hay menú completo con sándwiches a la parrilla, hamburguesas y tacos, como el de quintoniles y tlalitos: esos crujientes trozos de chicharrón que agarran sabor del picante rico. Para beber, el espadín de la casa es la compañía ideal; si puedes, tómalo derecho. De la selección de cocteles, probé el ella fitzgerald por el simple antojo del gin (aunque como consejo: dedícale las noches de jazz al mezcal). El coctel lleva guanábana, limón, jarabe y aroma de cardamomo y albahaca; fresco y de presentación coqueta, grande de tamaño y cumplidor para relajarse.  Espera a que caiga la noche para adentrarte en el universo jazzero. Yo llegué a las 11pm de un viernes y la energía se desvaneció poco tiempo despúes (¿mala...
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  • Pulquerías
  • Roma
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Este club se encontraba en República de Salvador en el Centro, pero recientemente mudó su concepto de pulquería-foro-punk a una casona de la Roma que recuerda la tradición okupa, de los tiempos en los que los punks invadían casonas abandonadas para vivir o montar salas de ensayos y hasta conciertos. Funciona con dos niveles: el primer piso, en el que hay varios cuartos para un deambular a un ritmo más relajado y que también suelen funcionar como salas de exposiciones para promover obras de artistas emergentes. La planta alta cuenta con un pequeño escenario en el que no sólo se presentan bandas de música, también es un espacio disponible para eventos culturales, presentaciones de libros, lecturas o debates. Los precios son accesibles (a veces desde los $20), la barra es famosa no sólo por las cervezas sino por la carta de curados de pulques y algunos platillos para degustar. Si bien es un lugar de raíces punk, es común escuchar secuencias de tendencia new wave, dark, mucho postpunk, industrial y gótico. Son muy alivianados para complacer a los asistentes siempre y cuando los géneros musicales sean primos cercanos. Quizá los baños se pasen de punk, pero bueno, es parte de la experiencia.
  • Coctelerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
¿Te imaginas un bar sin botellas en la barra, y donde no tengas que esperar a que te preparen tu coctel? Ahora existe y se llama Outline. El concepto de este  bar recién abierto va a cambiar la forma en la que entendemos las barras, ya que aquí todos los cocteles están preparados previamente y se sirven de grifo. El espacio es enorme, al ver la entrada, a un lado de Delfino Café, no piensé que fuera tan grande, pero pasando el mural de Smithe, se abrió la planta baja en toda su dimensión, protagonizada por la extensa la línea coctele de draft y la torna que será tomada por los DJs sorpresa, y aún faltaba la gran terraza rodeada de vegetación en el piso superior.  Se nota que aquí hubo mano de artistas como Tony Delfino porque la atención al detalle en cada aspecto es impresionante. Desde la calidad del sistema de sonido, el mobiliario retro, la cristalería, la forma de los hielos de cada trago, hasta los portavasos tienen su importancia.  Y apenas vamos a empezar a hablar de la coctelería. El menú, inspirado en los clásicos pero reinventados, fue creado por la italiana Maura Lawrence Milia y Alex Lawrence Milia, quienes vienen de dos de los mejores bares del mundo, The Connaught y The Dandelyan, ubicados en Londres.  En este menú crearon 30 drinks que elaboran en un centro de producción y llegan aquí en barril, para que en el bar siempre pruebes los tragos estandarizados. Todos los que probamos tuvieron algo interesante, pero entre los que nos encantaron estuvieron: ...
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  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Una cortina de terciopelo negro resguarda un tesoro para las y los amantes de los tragos con personalidad y lugares con estética bien cuidada en la Roma. Subiendo la escalera de Puerto Prendes, al entrar te recibe una atmósfera íntima, un salón privado decorado con destilados e iluminación tenue en cada mesa; después de todo las polillas son discretas, ¿no? Aunque cuentan con seis elecciones de introducción, acertada elección de destilados nacionales, se pueden probar reversiones del negroni o martini con finas técnicas de coctelería, inspiradas todas en el apodo de Paola Álvarez, “Polilla”, la dueña de este bar.   Paola tuvo esta idea radical de operar un bar y tomar un espacio de hombres para hacerlo 100% femenino. Pensó que resignificar el mote de “oveja rebelde” de la familia sería una fórmula ganadora de la mano de Gabriela Lozada, de Bar Brujas, que le dio a la barra el banderazo de salida. La carta está inspirada en las polillas, su alimentación, su hábitat y la belleza que se encuentra en ellas, en lo diferente.  Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Time Out México (@timeoutmexico) Nosotras probamos Oria que usa Abasolo como base para integrar el toque de fresa y menta al Lillet blanc, bastante bien para empezar. Pedimos unas palomitas de pollo y humus para compartir de buen sabor, destacamos lo asequible del precio —por la zona– que es bastante decente. Seguimos con una Bilienata que lleva Campari, Carpano Rosso y...
  • Antros
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Todos los caminos llevan a Mama Rumba. Quien no ha ido puede considerarse extranjero en la ciudad. Lo revisitamos por ser catedral del mojito en el DF y para comprobar que luego de 21 años sigue siendo referencia obligada del guateque cubano en la Roma. Nació como un centro de gastronomía caribeña y creció por gracia de un grupo de teatreros cubanos que llegaron para trabajar ahí, nos cuenta Luis Tukio, su gerente. Su ambiente ha ganado tal fama que igual ha celebrado ahí su cumpleaños el director de cine Martin Campbell (La máscara del Zorro) o la actriz Catherine Zeta Jones. Y si tienes suerte, en una visita casual, podrías encontrarte a Johnny Depp y Javier Bardem, pues justo ahí estuvieron días previos a la grabación de la película Antes de que anochezca. Todas las noches hay grupo en vivo y cada quince días está Manolito el imitador de Celia Cruz. La oferta musical la completan  grupos como Van Van, Paulito F.G., Bamboleo, Charanga Habanera, Elito Revé y en su momento el legendario ensamble Buenavista Social Club. Pero sin duda, al menos para las chicas, el día idóneo es el miércoles, pues no pagas cover. La disposición de las mesas permite que los dos pisos del lugar sean una pista de baile enmarcado por la barra de madera y tabique. Las bebidas clásicas son el mojito clásico, la cuba libre, daiquirí, o la cervezas cubanas Bucanero y Cristal. De platillos, el chef recomienda las masitas de puerco, los sándwiches cubanos, croquetas, mariquitas o el plato cubano. El...
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  • Bares de vino
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Llega una nueva propuesta para los que nos gusta tomar leeento y a gusto. Una de mis cosas favoritas en esta vida es conocer barecitos donde precopear, ir por traguitos coquetos después de comer, o cenar en un ambiente festivo sin que sea un antro tumultuoso.  Con la selva como fondo, el personaje principal de este bar es un oso perezoso, un animal al que no le apetece ir al mismo ritmo, baja las revoluciones y disfruta con calma la vida. El lugar cuenta con dos pisos, donde se cuida la luz, las formas y los colores.  Sobre el ambiente, puedo decir que al ser tan reciente su apertura, apenas está empezando a tomar forma, pero el team es sumamente amigable, te mostrarán las diferentes opciones a partir de tus gustos mientras escuchas todo tipo de música, desde pop hasta banda, o las novedades del DJ invitado.  Lo fuerte acá es el vino, con una curaduría que no tendrías en cualquier bar. Espumosos, blancos, rosados, naranjas y claro, tintos. Con etiquetas de España, Argentina, Italia, Alemania y México, las cuales irán cambiando según su stock. También lee: Bares para melómanos en CDMX También hay coctelería clásica, de autor, chelas y tragos derechos. Nos decidimos por su cóctel insignia, el Perezoso, preparado con vino rosado mezclado con guayaba, cordial de fresa con ruibarbo (una planta parecida al apio de tono rosa, dulce) y aperol. Es un trago para paladares que aman lo dulce, se siente la fresa, la guayaba, y aunque tiene un grado alcohólico alto, lo disimula...
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bien dice la canción popular “La Bruja”: qué bonito es volar a las dos de la mañana. ¿Y saben qué también lo es? Salir del bar a esa hora. Pero mientras esperamos que la dinámica madrugadora en los bares de la ciudad se retome, nos quedamos hasta las 10pm volando dentro de Brujas. Esta nueva apertura yace en la planta baja de “la casa de las brujas”, el edificio en la Roma con techo en forma de pico y donde, cuenta la leyenda, habitaba una chamana de nombre Pachita. El hechizo inicia con un interior de hipnotizantes tonos cobrizos y mucho uso de madera, mientras el resto de los elementos juegan con el misticismo de este concepto mágico: tienen libros de pasta dura sobre las repisas a la altura del techo, taxidermia, artefactos antiguos y botellas de diversas etiquetas que me gusta pensarlas como elixires nocturnos. Brujas puede visitarse bajo cualquier modalidad: en solitario, con pareja o con el aquelarre (por el momento evitando grupos mayores a cuatro personas/brujas/brujos), aunque desde la barra tienes mejor vista de las manos maestras: cuatro barmaids que alternaron el caldero por maceradores y shakers. Liderado por Gabriela Lozada (Hanky Panky, Pujol) y remarcado con Karen Paz, Ingrid Aparicio y Carmen Uribe, este grupo trabaja coctelería contemporánea y de autor bajo la inspiración de los años 30 y 40, cuya fusión de ingredientes tiene un sentido juguetón en el paladar dependiendo del trago que elijas. El yellow witch nos llevó a una isla tropical gracias al limón...
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  • Cervecerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Yeccan Cervecería
Yeccan Cervecería
Encontramos pruebas de que el precopeo es sagrado: Yeccan Cervecería, un rincón cervecero que abrió en la Roma. Para distinguirla del resto podríamos empezar con sus 31 líneas de cerveza o su carta de alimentos creada por Fernando Martínez, chef de Yuban (restaurante querido de comida oaxaqueña). Lo considero un merecido empate. Dirígete a la barra al llegar y fíjate el enorme pizarrón que indica las cervezas del día. No importa si eres primerizo en el arte de la chela artesanal, en la pizarra encontrarás el nombre de la casa, estilo, nivel de alcohol y precio de cada una. Si tienes dudas acércate a cualquier mesero y pídele algún estilo de acuerdo a tus gustos. Lo del precopeo lo decimos porque Yeccan es un lugar perfecto para disfrutar un par de chelas por la tarde o saliendo del trabajo en lo que decides a dónde ir de fiesta. El ambiente relajado se fortalce con decoración minimalista y paredes en toda la gama de grises. Olvídate de las alitas y papas gajo que encuentras en todos lados, aquí se toman la comida en serio. Puedes empezar con los calamares al sartén o ensalada de queso ricotta, hortalizas y semilla de girasol (combinación ganadora). Las croquetas de cangrejo se llevan muy bien con un estilo saison, o vete directo al postre: mille crepe de chocolate y acompañada con una porter o una stout. Para terminar de ganarse nuestro corazón, los lunes hay pintas nacionales a $50 pesos y los miércoles y jueves hay un tentador after work con chelas al 2x1.
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Hace más de cien años, en la Roma, existía un café que se anunciaba como Café Europa, pero que era conocido por la comunidad literaria de la época como El Café de Nadie. Se dice que ahí, poetas como Manuel Maples Arce y Germán List Arzubide iniciaron con la corriente literaria Estridentista, que llamaba a los artistas e intelectuales del momento a dar cuenta de la transformación del mundo a través de las artes y el escándalo. Ahí, en el Café de Nadie, intelectuales y artistas se juntaban en tertulias llenas de café, tragos y cigarros. Un siglo después después, y también en la Roma, otro Café de Nadie acaba de abrir sus puertas. Y el espacio se antoja para debatir y compartir junto con un café o un buen trago como lo hicieron aquellos poetas. El Café de Nadie es un poco de muchas cosas. La columna vertebral de este proyecto es la música, curada por un grupo de djs que durante 10 años trabajaron en la selección de viniles que hoy funcionan como el eje sonoro del espacio. A veces, la música corre por cuenta de Café de Nadie, y en otras ocasiones tienen djs invitados. También se rifan con la carta de alimentos. Todas las frutas y verduras provienen de Arca Tierra, una red en Xochimilco de productores agroecológicos que trabaja bajo un esquema de comercio justo. Por lo mismo, en el menú predominan las verduras y las opciones vegetarianas, como el tiradito de jícama o el aguachile de coco y sandía. Pero también tienen opciones carnívoras, como el sándwich de pollo, o, si...
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  • Roma
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Jacalito
El Jacalito
Al Jacalito, más que reseñarlo, habría que escribirle una oda. Después de tantos recuerdos, no se me ocurre otra cosa. La fiesta más prendida la he encontrado ahí siempre pasada la medianoche. Ni en los bares más exclusivos de la ciudad la he pasado tan bien. Quizá justo porque de exclusivo, el Jacal no tiene nada. Alguna vez, hablando de una fiesta de una conocida-feria-de-arte en la que había estado “todo mundo, goe”, mis amigos y yo concluimos que esa, justamente, era la frase más incluyente y excluyente al mismo tiempo. “Todo mundo”, en una fiesta de una feria de arte en la ciudad de México, es muy poquito mundo. En El Jacalito, “todo mundo” se aplica en su versión incluyente. No porque quepan todos (el espacio es mínimo), pero sí porque siempre hay representantes de todas las tribus urbanas que conformamos la ciudad, bailando y pidiendo cubetas de cervezas sin parar. Hipsters, fresas, los que trabajan en el mercado de Medellín, los que se refunden ocho horas en las oficinas aledañas, los periodistas, los artistas, los que andaban bailando en el Mama Rumba, los extranjeros que por lo visto se perdieron en la noche del DF. Todos confluyen e interactúan ahí como debería ser la convivencia sobria en la ciudad siempre. El Jacalito es una lección. Sin importar dónde vivimos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, todos buscamos lo mismo: divertirnos, no ser juzgados, no juzgar, amanecer riendo, bailando… La música es ecléctica. Una serie de hits de los sesenta para acá donde...
  • Antro
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
San Luis Club
San Luis Club
Con un gran letrero luminoso presumen de ser “su lugar romántico de México”. Esta es la entrada a un salón de baile con 73 años de tradición. Su aire retro de inmediato transporta a una época de machos y ficheras. Una mujer ataviada con un vestido negro aterciopelado recibe a quienes ingresan a este submundo ficheril. La decoración es igual a la de cualquier cabaret estancado en los años cincuenta: luz tenue, tonos rojizos, espejos en las paredes y chicas de falda corta sentadas en las piernas de los comensales u ofreciendo un baile por 30 pesos. Además de grupos de señores que pagan por la compañía de alguna chica, también van congregaciones de hipsters y expertos en salsa que acuden para bailar con música de orquesta en vivo. Por aquello de la ficha, no hay que extrañarse de que pidan consumo mínimo (puede ser de hasta 400 pesos), o que un refresco chico o una cerveza cuesten 55 pesos. Todo esto son pequeñeces por la experiencia de ser parte de un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.
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  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Durante décadas fue una apacible cantina cuyos clientes se dedicaron a envejecer al tiempo que bebían y jugaban dominó. Pero algo pasó a principios de los dosmiles. Una cada vez más nutrida banda de escritores, cineastas, artistas plásticos, diseñadores, arquitectos, periodistas, bellas modelos extranjeras y personajes afines, fueron arrinconando a los parroquianos originales, y por esa costumbre informal de beber antes del fin de semana, se instauraron los “jueves de Covadonga”. Por unos años, los jueves a la medianoche se volvió prácticamente imposible moverse entre el tumulto de covadongueños que brincaba de una mesa a otra, saludando a los colegas del gremio. Un ambiente en extremo animado y sociable, por demás inusual si consideramos que la decoración tiene el mal gusto de un consultorio médico, las luces que iluminan el sitio son tubos de neón tipo oficina y que no se escucha música alguna, sino únicamente el ronroneo de las conversaciones y el plim plim de los cubiertos. Entre esa multitud se mueve un pelotón de meseros increíblemente diestros y de memoria prodigiosa. En algún momento, a la usanza de muchas cantinas, la fiesta se interrumpe cuando alguno de los clientes grita a todo pulmón el nombre de otro comensal. Pongamos por caso: “¡Juan Pérez!” A lo que los cientos de presentes, a coro, responden: “¡Uleeeero! ¡Uleeeero!” (bueno, la palabra no empieza precisamente con U), y luego vuelven tan campantes a sus conversaciones. Pero de un par de años a la fecha eso...
  • Coctelerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La cantidad de proyectos, restaurantes, bares, tiendas y galerías que alberga la Roma hoy en día es abrumadora. Aunque quienes nos dedicamos a contar lo que vale la pena —por calidad, originalidad, relación precio-calidad— intentamos mantenernos al día. Así llegamos a Petra, un nuevo bar que promete hacerse un lugar en esta era vertiginosa. Los bares en la ciudad se han vuelto más competitivos. Ya no basta con ofrecer tragos ricos. Deben estar equilibrados, con buenos ingredientes y en una cristalería bonita. Pero no solo eso, ahora importa la luz, la música, el ambiente, el servicio... incluso los snacks ofrecen una experiencia. Todo se redondea con la llegada del público, que también forma parte de esa narrativa curada. Petra está en la parte superior de Sarde, un restaurante contemporáneo enfocado en productos del litoral mexicano. Su coctelería es sencilla a la vista, pero sofisticada al paladar. Si llegas temprano y tienes suerte de elegir lugar, siéntate frente al laboratorio líquido: ahí ocurre la alquimia entre bidones, frascos, pizarrones y libros de coctelería. La barra está a cargo de Will Hetzel, reconocido por su trayectoria en el mundo de los bares y bebidas, quien apuesta por ingredientes de temporada y una ejecución creativa y elegante. Ahora, vamos a lo práctico. Si solo tienes tres tiros en tu cartucho de bebedor, te recomiendo estos: 1) Walzer, un martini con ginebra, pepino, lima kaffir y alga kombu rostizada, servido en una copa mona, pequeña y...
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  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Café Tacobar
Café Tacobar
Todo el trabajo de carpintería, diseño y equipamiento en la barra, las repisas y el acomodo eléctrico del local lo hizo Khristian de la Torre, uno de los personajes más brillantes de la escena de la coctelería nacional. Su trayectoria nos remonta a los inicios de Maison Artemisia, que solía ser uno de los mejores, y a otros renombres de la vida nocturna capitalina como Jules Basement y M.N Roy. Estuvo varios años fuera de foco, incluso fuera de México, trabajando con diferentes marcas de destilados como asesor y mientras terminaba de aterrizar un proyecto personal: armar su propio bar. Después de cuatro meses de arduo trabajo, Café Tacobar abrió en la Roma como una pequeña cafetería que desde las 9am ofrece café, tacos, cervezas artesanales y tragos de añoranza clásica. Detrás de un gran bar hay una mano experta y aquí esto cobra un sentido literal pues el único que abre, cocina, prepara cocteles, sirve, lava y cierra es Khristian; y así seguirá hasta que su plan de negocios indique lo contrario. Como buen bartender sabe que la clave del éxito en este tipo de lugares es la interacción con los clientes; así que bienvenido a su casa, siéntate en la barra (donde tendrás tu propio cajón con servilletas y plumas) y descubre lo que el anfitrión convida. Para comenzar el día, dar inicio a una noche de relajación o como digestivo hay que pedir un café el cairo, con un doble expreso de intenso café chiapaneco, perfumado con cardamomo y un toque de azúcar morena que le da notas...
  • Antros
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La Roma se ha convertido en una pintura con formas distintas, pero con colores similares. No nos pongamos tristes, aún tiene mucho con qué abrirnos la boca: cuando el verbo nocturno se conjuga con misterio, expectativa y sensualidad, obtienes la definición ideal para dejarte llevar por la noche. Afuera de Main Room lees “Baños Roma”, pero es poco probable que la gente disfrute de tomar un baño en regaderas públicas a la medianoche, muy vestidos, peinados y con un olor a bebidas espirituosas. Es un antro de esos con cadena pesada y complicada, aun con reservación (a través de Facebook) tardamos más de 15 minutos en pasar, después de repetir los nombres una decena de veces.  Sólo los hombres pagan cover y lo hacen en un mostrador repleto de productos de limpieza y artículos personales, como shampoo, barras de jabón (de esas que te ponen en los hoteles de dudosa calidad), rastrillos y lociones.  El acceso es a través de un elevador de doble puerta. Al oprimir el botón “MR”, se abre la segunda y te llega de golpe la vibración de la música con los perfumes dulces y las lociones intensas permeando el aire.  Caminas hacia las destellos de luz blanca hasta toparte con el corazón del antro, la barra. Como es ovalada, permite a los bartenders servir en todas las direcciones. No hay bebidas de autor ni de especialidad, sólo tragos largos, pero te aseguramos que no las necesita.  Si prefieres una mesa tendrás que comprar tres botellas, si no, te sugerimos copear en la barra.  La...
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