Pista de hielo Vía Vallejo
Foto: Alejandra Gutiérrez

Lugares nuevos en la Ciudad de México que debes visitar

La CDMX siempre tiene algo para sorprendernos, y nosotros nos maravillamos cuando conocimos estos lugares nuevos

Escrito por
Time Out México editores
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Una de las razones por las que amamos la Ciudad de México es porque siempre tiene algo qué ofrecernos. Incluso si nos creemos los más sabelotodo de la agenda cultural y de entretenimiento, y de los lugares más increíbles, la ciudad no deja de sorprendernos. Siempre hay proyectos nuevos que provocan que uno se enamore más de la CDMX.

Ya sea que busques un plan relajado y familiar, o el espacio perfecto para reencontrarte con tus amigos, estos lugares se prestan perfecto. En todos se siguen las medidas de sanidad que se requieren en la actualidad, pero es necesario que tú también las sigas al pie de la letra y tomes precauciones en todo momento.

Para que no te digan y no te cuenten, aquí te decimos cuáles son los spots nuevos en la Ciudad de México; hay desde restaurantes y bares para ir con tus amigos, hasta lugares para ir con niños y toda la familia. No dudamos que alguno de estos espacios pronto se convierta en uno de tus favoritos, junto con los cafés para ir con tus amigas o los lugares para hacer picnic en la CDMX.

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Lugares nuevos para descubrir en la CDMX

  • Niños
  • Zona Metropolitana

Y ahora una buena noticia: no tienes que esperar hasta el invierno para patinar sobre hielo, aprovecha que la pista de hielo de Vía Vallejo ya abrió sus instalaciones y deslízate acompañado de tu familia o amigos.

Si no saben patinar, no se preocupen, pueden aprender con los instructores que aquí te guían, solo necesitarán un poco de paciencia y perderle el miedo a la pista. Considera que la edad mínima para ingresar a la pista es de cuatro años, todos los niños deben ser acompañados por un adulto. 

¿Cómo es tu relación con la CDMX? Descúbrelo con este quiz.

En la pista verás principiantes y uno que otro experto mostrando sus habilidades y piruetas, así que no te sientas mal si lo haces por primera vez, pues todos son bienvenidos. Si lo deseas, puedes contratar a un instructor por $65 la hora. 

Después de patinar, date una vuelta por la plaza Vía Vallejo, que cuenta con áreas verdes, así como con numerosas opciones de entretenimiento, artículos de moda y comida.

La pista de hielo abre de lunes a domingo en un horario de 12 a 9pm. El precio es de $130 por todo el tiempo que quieras estar ahí, esto ya te incluye la renta de los patines. Así que amarra bien tus agujetas, ponte el cubrebocas y patina por horas con toda la familia

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  • Bares y cantinas
  • Condesa

Amantoli significa artesanía en náhuatl. Y quizá no haya nombre más atinado para este lugar, donde todo —las bebidas, la comida, el mobiliario y el servicio— es artesanal.

Amantoli está escondido dentro de una casona en la Roma, misma que está en proceso de recuperación; hoy el lugar se ve un poco vacío, pero dentro de poco tiempo habrá galerías de arte, tiendas de ropa y muchos espacios más. Y la ubicación del tap room dentro de la casa es súper privilegiada: al fondo, en medio de un patio y sumergido detrás de unas paredes tan altas que impiden ver y escuchar el caos citadino, pero que dejan entrar luz y aire para que disfrutes del día. Ahí están 15 llaves de chela artesanal y otros fermentos listos para ti.

Además de chelas independientes mexicanas, en Amantoli encontrarás tepache (piensa en la imagen: tepachito fresco saliendo de una llave), kombuchas, sodas artesanales y, en un futuro cercano, pulques. De hecho, cuando fui, el personal estaba haciendo algunas pruebas: mezclaban cold brew hecho en casa con un poco de tepache artesanal. El resultado era súper refrescante, equilibrado, elegante y original —había que probarlo—.

Aquí le echan ganas para tener muchas chelas de temporada: aun cuando el lugar no tiene ni tres meses de haber abierto, muchos destapes y presentaciones de cervezas ya están ocurriendo aquí. A nosotros nos tocó probar la Berliner Weisse con fresa, guayaba rosa y toronja de Cervecería Itañeñe, ¡pero no duró más que unos días! Así que seguramente cada que vayas te encontrarás con una opción nueva.

El menú para calmar los monchis no se parece al de ningún otro tap room; aquí en vez de tener las típicas alitas de pollo o los aros de cebolla, tienen guacamole con chapulines —que traen directamente de Oaxaca—, totopos con tasajo y crema de rancho y, si hace más hambre, una torta de chamorro en salsa de tres chiles, de la que pronto habrá opción vegana.

Y para una experiencia fuera de lo usual, éntrale a los postres con su respectivo maridaje chelero: pay de mango con una IPA o pay de mora azul con una porter.

Hay que mencionar la atención; aquí puedes ir con una idea súper firme de lo que quieres o dejarte llevar por las recomendaciones de las y los meseros, pero lo que sí es que el personal de servicio está más que capacitado para ayudarte a elegir la mejor bebida para ti y, si nomás no te decides, puedes pedir tu taster en la barra. El personal te acompañará mientras pruebas tu bebida y te la explicará, para que no te quede ni una sola duda y te decidas por la cheve que te haga más feliz.

Definitivamente Amantoli abrirá camino para quienes quieren echarse una chela pero no quieren el bluff que generalmente acompaña a la bebida. Cae bien ver a los encargados mezclando las chelas y buscando las mejores opciones posibles. A fin de cuentas, aquí la onda es pasarla bien y beber aún mejor, siempre privilegiando lo artesanal y lo local.

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  • Restaurantes
  • Roma
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¿Recuerdan cuando se pusieron de moda los speakeasies? Bueno, algo así es Makan, pero sin la exclusividad y el esnobismo de los speakeasies de hace algunos años (ya estamos en 2021, no sean así).

Para entrar tienes que tocar el timbre de una casay, al entrar, te encontrarás con un jardín precioso lleno de plantitas y con una fuente al centro. Makan está al fondo; tiene un par de espacios privados por si quieres reservar para seis u ocho personas y algunas mesas para unas tres personas por si vas en un plan más íntimo.

Resulta que el nombre del restaurante viene de una palabra makan, que se usa en Singapur para preguntar si ya comiste o para invitarte a comer algo. Y eso ya te da un indicio de lo que estás por probar. Resulta que los fundadores de Makan son Maryann, de Singapur, y Mario, un mexicano que vivió un tiempo en el país asiático. Y su propuesta culinaria tiene un poquito de ambos mundos, más tirándole a la cocina de Singapur pero con algunos guiños a la tradición mexa.

Para beber tienen una oferta súper seleccionada y bien hechecita de vinos, casi todos naturales o de baja intervención; hay blanco, rosado, tinto y también naranja. Y el menú de alimentos, que cambia casi todos los días, igual está cuidadosamente seleccionado. De hecho, la carta es breve; eso facilita que cada platillo sea hecho con extremo cuidado.

De entrada, las verduras encurtidas con sambal, ajonjolí y cacahuate son imperdibles. Y otra opción ganadora es la lechuga cocida con puré y chips de ajo; quizá a los mexicanos esta combinación nos parezca rara, pero la verdad es que el resultado es espectacular (¿o qué? ¿no te gustan las lechugas aguaditas del pozole?).

El plato fuerte fue una dicha y una revelación: retomaron la técnica asiática del pato laqueado, que consiste en untar al pato con una salsa agridulce, generalmente hecha a partir de la soya. El pato se deja marinando en la salsa durante una noche, por lo menos; luego se cuelga y, cada cierto tiempo, se va untando de salsa. Entre una aplicación y otra hay que dejarlo secar; así se logra una piel dorada y súper cronchi. Entonces, en Makan laquean el pato y ponen el magret fileteado sobre unos noodles hechos en casa. De-li-cia. Los fideos son más que vehículo para el pato —que es crujiente por fuera, suave por dentro y lleno de sabor—, pues en sí mismos son una joya. 

Cuando fui, el postre era una pavlova de piña y maracuyá. Se sentía fresca; el merengue súper crujiente y los cítricos le daban un toque fresco y ligero. Finalmente, pero no menos importante, el servicio fue, en toda la extensión de la palabra, excelente.

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Cariñito Tacos es un puesto que tiene toda la esencia de una taquería habitual: es un lugar a donde comes parado, a pie de calle. Es pequeñito; en el mostrador cabrán, tal vez, unas dos personas. Y en el espacio que acondicionaron en la banqueta, con algunas barras altas, pueden acomodarse unos cuantos más —seguro en tiempos post pandémicos todos nos apretaremos en esas barras—. Pero, al mismo tiempo, Cariñito Tacos contagia una sensación de frescura y coolness.

Su menú de tacos está conformado por cuatro opciones que puedes acompañar con una chelita, un Boing o un agua mineral. Pero la onda es que los tacos no son los de siempre; aquí acomodan las viandas, que han sido tratadas bajo técnicas de cocción de todo el mundo y mezcladas con especias y aderezos predominantemente asiáticos, en una tortilla de harina o maíz recién hechas.

Una opción es el taco Issan: pork belly cocinado por 15 horas en soya aromática; va sobre una tortillita de maíz y sazonado con especias del noreste de Tailandia, polvo de arroz, chicharrón y menta fresca. También tienen el taco Thai: cerdo confitado en tortilla de maíz sazonado con salsa Jin Jaew hecha con tamarindo y albahaca.

Acá entre nos, mi favorito de Cariñitos Tacos es el cantonés; pork belly súper crujiente montado en tortilla de harina, con salsa hoisin, siracha hecha en casa y encurtidos. Y si prefieres los vegetales, está el taco de berenjena Laos: berenjena confitada en soya servida con una salsa de tamarindo y con albahaca y chalotes frescos, sobre una tortilla de harina.

Lo que sabe mejor de Cariñito (además de los tacos, que saben muy, pero muy bien) es el concepto: toman productos y técnicas de otras latitudes del mundo. Normalmente —al menos por otros ejemplos que hemos visto en la CDMX—, cuando esto se hace, viene acompañado de una hiper sofisticación del lugar; los platos se vuelven carísimos, el ambiente súper snob, los lugares se vuelven fríos.

Honestamente —y sobre todo después de un año de pandemia—, los conceptos que se antojan son los de este tipo: atención súper cálida, productos innovadores, platillos riquísimos y que no has probado nunca antes. Todo sin que te sangre la cartera y en un lugar en donde puedes ir en tenis. Larga vida a Cariñito Tacos y a todos los proyectos que esta taquería inspire.

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  • Miguel Hidalgo

¿Que te faltan pretextos para lanzarte al Bosque de Chapultepec? ¡Encontramos uno! Con el propósito de lograr una movilidad sustentable, el gobierno capitalino inauguró en marzo pasado la Ciclovía Inteligente en la Segunda Sección. 

A través de un comunicado de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), se informó que la Ciclovía Inteligente se fabricó con mil kilos de residuos plásticos, lo que equivale a medio millón de tapas de botella desechables. Así que además de ser “inteligente”, también contribuye al medio ambiente. 

La parte tecnológica de esta ciclovía recae en que se puede adaptar a diversas condiciones climatológicas, ya que su tecnología incluye diseño modular, sensores para monitorear el clima y el uso de su superficie.

Incluso, ayudará a evitar encharcamientos durante lluvias extremas, pues cuenta con almacenamiento temporal de agua y drenaje. Esto permitirá reducir el impacto negativo de los periodos de sequía en el área, ya que garantiza la infiltración gradual de agua de lluvia en el subsuelo. Y en comparación con las ciclovías tradicionales, requiere de mínimo mantenimiento y su durabilidad permitirá disminuir sus emisiones hasta en un 72% durante su vida útil.

Considera que este proyecto es apenas un prototipo. Esto implica que se estarán observando sus resultados y también que solo es un tramo —25 metros, aproximadamente— el que goza de estas tecnologías; te decimos esto para que no te decepciones al momento de querer lanzarte a probar la ciclovía. Puedes encontrarla dentro del circuito Pista El Sope, a la altura de la cafetería, entre el biciestacionamiento y el City Café Natural El Sope. 

Este es el tercer prototipo de esta clase en el mundo y el primer piloto en América Latina. Las dos ciclovías inteligentes anteriores se encuentran ubicadas en Zwolle y Steenwijkerland, en Países Bajos. Se trata de un proyecto de PlasticRoad y Orbia, esta vez en colaboración con las Secretarías del Medio Ambiente (Sedema) y de Movilidad (Semovi) de la CDMX.

La Ciclovía Inteligente se suma a otras acciones de la Semovi, como la reciente confirmación del carril de ciclistas ubicado en la avenida Insurgentes, el cual surgió como método emergente y provisional de transporte ante las necesidades de la Nueva Normalidad y movilidad. Ahora que ya será permanente, esta ciclovía de Insurgentes tendrá un rediseño.

Si eres ciclista de la CDMX, asegúrate de hacer todo correcto para evitar accidentes, aquí te dejamos El Manual del Ciclista Urbano de la Ciudad de México realizado por la Sedema en 2011 donde explican desde las partes de una bicicleta, su mantenimiento, cómo montarla y la seguridad que debes seguir en las calles en cruces, semáforos, vueltas e incorporaciones. 

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  • Del Valle

Es imposible caminar por Avenida Coyoacán y no voltear a ver esta nueva tienda que se instaló en la esquina de Torres Adalid. Sucu Sucu es un rincón verde qua va que vuela para ser tu lugar favorito si ya te coronaste como todo un señor/señora de las plantas.

La tienda, propiedad de Lisbet y Adair Juárez, toma su nombre en honor a las suculentas, ya que  estas fueron las primeras plantas que vendieron luego de buscar una nueva fuente de ingresos  debido a que su negocio anterior cerró a consecuencia de la pandemia. Además, las suculentas en el Feng-Shui significan “darle buena cara a los peores momentos” y así́ es como ellos  tomaron estos tiempos llenos de aprendizaje para emprender este nuevo proyecto.

La tienda es una bocanada verde por fuera y por dentro, pasa y sorpréndete con la enorme variedad de plantas de interior y exterior, colgantes y hasta las famosas macetas de Star Wars que hace El jardín de Yoda. Si quieres darle un estilo diferente a tus plantas, échale un ojo a los macramés, aquí hay diseños exclusivos de la marca local Nudo Bohemio.

Sucu Sucu también comparte todo su expertise verde a través de su cuenta de Instagram (@sucus.ucu), síguelos para estar al tanto de tips y consejos para cuidar a tus plantitas.

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  • precio 1 de 4

Los habitantes de la Ciudad de los Palacios nos debemos a las garnachas. Las freímos, las ahogamos, las sofisticamos y luego volvemos al inicio, a lo que nos hace sentir bien: el saborcito del maíz, el toquecito de salsa, la sazón del relleno, la textura crujiente. Ningún capitalino se salva de salivar al pensar en sus tlacoyitos, gorditas o sopecitos (así, en diminutivo porque es con cariño). Y al acervo garnachero de nuestra capital se le acaba de sumar un nuevo bien: Fiu Fiu Flautería, un nuevo lugar de flautas ahogadas en la Roma.

La onda de Fiu Fiu Flautería es súper sencilla, y por lo mismo es ganadora. Aquí solo hay flautas: de frijol con chorizo; calabaza con zanahoria; queso; papa; pollo o carne. La orden viene con tres flautas, fritas a la perfección, y, lo mejor: te las sirven en un vaso lleno de guacamole con crema y queso, ¡y qué guacamole!, receta secreta de la madre de uno de los fundadores.

El resultado es una mezcla súper sexy: lo crujiente de las flautas, lo cremoso y ligeramente picoso del guacamole —hay otra salsa más picosa, que le puedes poner a discreción— y el generoso relleno. Además, en Fiu Fiu Flautería te obligan a comer rico: hay que hacerlo con las manos, chopear la flauta en el guacamole para obtener la cantidad precisa por mordida y, al final, rascar el fondo del vaso con los pedacitos de tortilla doradita para no desperdiciar nada de nada.

Puedes acompañar tus flautas con un refresco, un agua o una caguamita Carta Blanca, sentarte en una de las mesas que tienen afuera del local y ser tan feliz como lo fuimos nosotros al conocer este negocio pequeñito, familiar y lleno de sabrosura y buena onda.

Este tipo de propuestas nos recuerdan por qué amamos lo de siempre, los platillos con los que crecimos: porque es la cocina que tenemos en nuestra memoria y que evocamos con cariño. Todo bien con los grandes restaurantes y las cocinas sofisticadas que se pavonean por volver elegante a un tlacoyo, pero lo que nos llega al corazón son propuestas como esta, que reviven lo que conocemos y amamos y nos hacen sentir como en casa.

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  • Arte
  • Murales

El deporte en nuestro país siempre ha sido un tema serio, ya sabemos de lo que son capaces los aficionados cuando se trata de apoyar a su equipo, pero, ¿qué pasa si el deporte se da sus tintes culturales y artísticos? La Major League Baseball (MLB) lo quiso experimentar y por ello convocó a artistas urbanos para realizar murales en las calles de la CDMX, logrando un resultado interesante y apasionante para los amantes y no tan amantes del béisbol.

Se trata de cuatro murales que interpretan la acción y la pasión en el estadio, plasmando a grandes estrellas de la MLB como Julio Urías, José Urquidy y Víctor González. Esta propuesta forma parte de la celebración del Opening Day 2021 (1 de abril), por lo que buscan no sólo motivar a los fanáticos del deporte, sino hacer de la CDMX un espacio intercultural para hablar de la presencia de los deportistas latinoamericanos en el considerado “rey de los deportes”. 

Te recomendamos que hagas un recorrido por estos murales, te pongas tu gorra de béisbol y te tomes una foto con el #YoAmoElBeis. Y para que no extrañes la comida típica del estadio, después puedes ir a casa y pedirte unos tacos de chochinita a domicilio.

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  • Nápoles

La nueva atracción de la Ciudad de México definitivamente no es para personas con acrofobia: Cetro, un mirador ubicado en el piso 46 del World Trade Center de la CDMX —#tb, donde solía estar el Skyy Bar—. Desde esa altura no solo tienes una vista 360 de nuestra querida urbe; pues en realidad este lugar entra en la categoría de mirador inteligente, lo que da la oportunidad de interactuar con distintos elementos multimedia para aprender datos curiosos sobre la ciudad.

El ingreso es por la calle de Montecito, como si fueras a entrar al restaurante Bellini. Desde que llegas al edificio notas que siguen todas las medidas de seguridad —incluso el uso del elevador es restringido—; ya en el piso 46 te reciben con gel antibacterial y termómetro para medir tu temperatura. Cuando el grupo está completo, máximo siete personas, empieza la exploración.

Para que desde las alturas no pierdas ubicación, Cetro está dividido en cuatro cuadrantes ideados para que identifiques norte, sur, este y oeste de la ciudad. En cada una de estas áreas podrás interactuar con tecnología desarrollada únicamente por talento mexicano; desde pantallas táctiles —que por la contingencia ahora funcionan con plumas especiales que se desinfectan antes de entregar a cada usuario— hasta elementos en realidad aumentada que puedes ver con tu teléfono.

En este último caso, y para disfrutar de más utilidades multimedia, es necesario que bajes la app de Cetro a tu celular (es compatible con iOS y Android). Si lo prefieres, también te pueden prestar uno de los teléfonos que tienen disponibles con la app para los visitantes; te lo entregan sanitizado. Aunque aquí entre nos, es probable que con la vista te olvides un rato del teléfono, como fue mi caso.

Además de su esencial función de mirador, Cetro está habilitado para eventos y actividades especiales; incluso tienen programadas pedidas de mano, que gracias a la tecnología pueden personalizar: que si quieres poner fotografías, recordar y “viajar” al lugar de tu primera cita o dónde se conocieron, hacer un “mapa” de pareja, y más.

Para visitar este lugar es necesario comprar los boletos en línea. Pero si aún no te sientes listo para salir de casa, Cetro va a ti gracias a su misma app. De esta forma tendrás parte de la experiencia desde la tranquilidad de tu hogar, y en cuanto las condiciones del exterior estén más óptimas, date una vuelta para disfrutarlo presencialmente.

Después de que lo visites, seguramente Cetro figurará en tu lista de miradores favoritos de la CDMX.

  • Vida nocturna
  • Roma

Luego de un despiadado 2020 y ya bien entrados a un dudoso 2021, los invito a un ejercicio de reflexión y reafirmación importante, y es aceptar una realidad: los placeres culposos no existen. En ese camino, yo he confirmado mi amor por las micheladas. Antes de la pandemia, lo que más me gustaba hacer un domingo era ir a La Lagunilla por un par. Hoy, feliz, les tengo la noticia de que he encontrado un gran lugar en la Roma; ahí puedes disfrutar de tus micheladas con todo y sana distancia.

Se trata de El Totopo Incorporeichon, que es un restaurancito pequeño en donde además de vender una cochinita pibil de impacto, tienen a las próximamente mundialmente famosas micheladas mamalonas (así se llaman, pero también así están).

Cuando llegues, te sentarán en tu mesa de plástico y llegará el mesero con el gran abanico de opciones: “¿a tu cerveza le pongo clamato?, ¿salsas Maggi e inglesa? ¿limón y sal?; y el escarchado, ¿de mango, tamarindo...?; ¿le pongo piquín o ajonjolí?”. Así, te vas armando tu michelada como tú quieras y puedes escoger entre tres tamaños. Estas chelas son una verdadera delicia anti cruda, anti tristeza, anti calor y anti esnobismo.

De comer, definitivamente pide la cochinita, ya sea en tacos o panuchos. Pero eso sí, no te pierdas los codzitos. Si quieres algo para compartir pide los cacahuates o las papitas, que también vienen con su generosa porción de salsas. Claro que si tienes más de 30 años, más vale que te tomes tu omeparzol después; habla la voz de la experiencia.

Puntos extra porque este lugar es uno de los más pet friendly del mundo, ¡hasta le darán su juguete de carnaza a tu Milanesito!

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