Lugares instagrameables
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18 lugares instagrameables que debes visitar presentados por Method

Si te gustan las fotos, comer, beber y pasarla rico hay algo bueno dentro es presentado por Method.

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Amamos las fotos para subir a nuestras redes sociales. Lo saben. No lo nieguen. Si buscan fotografiar su comida, y de paso, disfrutar de una buena tarde en compañía, estos bares, spots, heladerías, antros y museos, son perfectos. Los mejores lugares instagrameables en la CDMX.

¡Hay algo bueno dentro! es presentado por Method. Consigue aquí el tuyo. 

  • Heladerías
  • Roma
  • precio 1 de 4

Al asomarte a la esquina de Orizaba con Coahuila, un local salta a la vista por los dos helados que sobresalen de su fachada rosada. En letras grandes anuncian tu llegada al paraíso de los toppings: la heladería Sweet Monster.

La temática rosa se mantiene presente en el interior con un letrero neón que describe el sentimiento de la mayoría de los clientes: ice cream makes me happy (el helado me hace feliz). ¿Y cómo puede hacernos triplemente feliz un helado? Al menos a mi, con toppings ilimitados.

Una barra con delicias me abrió el apetito: toppings de cereal y chispas de colores, hasta galletas sabor churro, compota de manzana-canela, una mezcla de mazapán, cacahuate y palanqueta, sumándole las salsas de caramelo, chocolate, chamoy y cajeta quemada.

Si la variedad te es abrumadora, como en mi caso, acude a la heladera Ariana Victorica, quien creó tres mezclas especiales de Sweet Monster para no romperse la cabeza. Elegí la especialidad de la casa, el munchies: galletas saladas, papas crujientes, pretzels y lunetas; para fanáticos del choque de lo dulce con salado. Agregué palomitas cubiertas de caramelo para rematar con este dúo, sintiéndose agradable al paladar gracias a los tonos salados con la cremosidad del helado.

En cuanto a sabores de helado, está el de vainilla hecho con leche orgánica traída de un rancho de Coahuila, es cremoso y recibe bien a todos los toppings. Si buscas sabores tropicales, tienen los de fruta de temporada. Todas las galletas se hornean en casa, ¡hasta las que son para perros! Sweet Monster hace que el cielo sea el límite, así que aviéntate con las combinaciones que dictaminen tu goloso instinto.

  • Restaurantes de comida rápida
  • Roma
  • precio 2 de 4
Comedor de los Milagros
Comedor de los Milagros

El tren de los mercados gastronómicos aún no llega a su terminal de destino. Ahora, además de cubrir más colonias y dar a conocer las mejores cocinas de la CDMX, el concepto gourmet evoluciona para unir las cocinas de Latinoamérica en un comedor, el de los Milagros.

La imagen del concepto tiene el soplo kitsch que no podía faltar, con rojos, verdes y dorados, así como imágenes católicas religiosas, justo como lo encontrarías en un hogar latino. Esta, “La casa de los latinos”, tiene dos pisos, es abierta para que entre aire y luz, pero con la reserva suficiente para comer en santa paz. Las bancas de madera en el comedor —primer piso— y las decoraciones y murales de la parte superior le dan a este mercado gastronómico la vida y alegría que nos caracterizan culturalmente.   

Hay siete nacionalidades comestibles: Venezuela, Brasil, Colombia, Argentina, Uruguay, Perú y México. Aprovecha la feijoada, los ceviches y las pizzas; pero si necesitas una guía rápida, los imperdibles son los choripanes de Ásame Mucho, las arepas de La Carajita y los espetinhos con pan de ajo de Meu. Prueba todo el sabor de nuestra sangre latina y no olvides pedir tu milagrito.

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  • Cafés
  • Zona Metropolitana
  • precio 3 de 4

Un sitio que es todo lo contrario a cualquier cubículo gris ubicado en los empresariales edificios de Santa Fe. Dentro de Park Plaza se esconde Flora Caffé, una cafetería que fácilmente puede jactarse de ser la más rosada en toda la CDMX. ¿La razón? El diseño a cargo de González + Helfon, los organizadores de bodas que gustan de la opulencia y las entrañas de lo instagrameable.

Barra de mármol, letreros neón y rosas con su tallo que decoran el lugar de pies a cabeza mientras se entremezcla la luz exterior con las tonalidades blancas y palteadas del interior. La dinámica es primero antojarse con lo que pedirás, y después pagas en caja (asegúrate de llevar cartera llena, los precios son de cuidado).

La estrella cafetera es el velvet latte, de un cuerpo cremoso ideal y remate tan dulce como la rebanada de pastel. Para dobletear el azúcar hay infinitas opciones: nosotros probamos una- adeudora- pink donut (porque #basic) y la donatella, una concha rellena de Nutella que con cada migaja sació la bien merecida ruputra de dieta.

Pregunta por el simulador de cuarto de burbujas, un espacio decorado como si Paris Hilton nos hubiese invitado a su propio baño. Pero mejor, porque, pues, a este sí puedes pasar con tu ticket de compra.

Te empalagas en sabor y vista, pero de buena manera; la fijación al detalle y la manera de crear sabores reconfortantes con café y panadería hablan del gusto por hacer sonreír a comensales encorbatados que difícilmente pueden conservar una sonrisa auténtica 24/7.

  • Qué hacer
  • Del Valle

Cuando creíamos que las luces de tiktoker —esas que te venden hasta en los cruceros— eran lo máximo, un nuevo proyecto llegó a la Ciudad de México para llevar tus post en redes sociales al siguiente nivel. Nos referimos a The Selfie House, un espacio que reúne distintas locaciones —y las más cool— para esa sesión de fotos y video que estás planeando.

También conocido como el Museo de la selfie, esta casa ubicada en la Del Valle abrió sus puertas en abril pasado gracias al trabajo colaborativo de un grupo de amigos, entre ellos Christian Angel, socio fundador. Ellos se inspiraron en un concepto llamado selfie studio, que desde hace un par de años es todo un éxito en Asia —sí, en las mismas tierras donde TikTok surgió y tuvo su primer boom—, Europa y algunas ciudades de Estados Unidos, a donde la gente acude para levantar imágenes o videos para sus redes sociales.

De esta forma, cada rincón de este templo a la selfie está ideado para que enchules los feeds de tu Instagram, YouTube y lo que se acumule. Hay opciones para los más freak control; como una locación muy pop, con retratos de figuras como Audrey Hepburn, perfectamente alineados y bajo la misma línea cromática. Y también existen spots para momentos más relajados como el cuarto neón; con grafitis y trazos pintados con luces fluorescentes, que cambian de intensidad conforme se sube o baja la potencia de la luz.

Para entrar a esta casa debes reservar con anticipación y especificar cuántas personas y por cuánto tiempo estarán al interior; esto a través de su página de internet o teléfono de contacto. Ya que tengas día y hora, tienes rienda suelta para aprovechar hasta el más pequeño rincón de la casa —incluso vas a querer foto en la pared menta de las escaleras—. Y si necesitas cambio de outfit, no te preocupes, hay vestidores y lockers. ¡Hasta props tienen para cada set! Y si necesitas ayuda o tienes alguna duda, no dudes en acercarte al staff, todos son muy amables y te apoyarán sin pensarlo dos veces o buscarán la mejor solución para la necesidad que tengas.

En caso de que la cámara de tu celular no sea suficiente, también tienen servicio de fotógrafo profesional, con costo extra y sujeto a disponibilidad.

Seguro piensas que esto solo es asunto para influencers y tiktokers. Pero en realidad las puertas están abiertas para cualquier persona, incluso si tu plan es tener una fiesta de cumpleaños muy original —con aforo restringido, como lo ameritan los tiempos actuales—. Si bien esta opción no está visible en su página de internet, puedes llamarles para solicitar una cotización personalizada y con gusto te la enviarán —todo el staff es muy amable—.

Y sí, hasta en el baño todo está fríamente calculado para que esa foto casual frente al espejo salga perfecta y digna de unos hashtags.

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  • Arte
  • Digital e interactivo
  • Zona Metropolitana

Dicen que soñamos lo que estamos listos para afrontar, ¿pero verdaderamente estás listo para viajar por tus sueños? Dreams de Fantasy Lab es la experiencia inmersiva de la CDMX que lo hace posible, a través de instalaciones lumínicas y experiencias sensoriales.

El museo interactivo abrió a principios de este año y tuvo que suspender —como el resto de los recintos— debido a la pandemia del COVID-19. Afortunadamente, este mes reabrió sus puertas, por si te quedaste con las ganas de tomarte la foto con su jirafa amarilla.

Cuando soñamos se acomodan vivencias, salen a la luz miedos, ideas y deseos; prepárate porque Dreams liberó todo esto en sus ocho salas. Con la ayuda de tecnología digital y audiovisuales, te sumergirás en un cuarto infinito, uno de los más atractivos junto con un caleidoscopio gigante de posibilidades visuales infinitas. También experimentarás el miedo, el insomnio, el delirio o sensaciones de tranquilidad, estas últimas en el cuarto que te transportará a un cielo estrellado en un gesto estético bien logrado.

El recorrido por Dreams es aproximadamente de una hora y se hace por grupos de ocho personas (bendita sana distancia) con guías muy simpáticos, atrévete a preguntar tus dudas freudianas.

La experiencia inmersiva es perfecta para ir con amigos o con tu pareja y así, llevarte una gran cantidad de fotografías. No esperes textos de sala ni le busques los pies al gato, ya que Dreams se siente más como una suerte de feria que como una experiencia artística al estilo James Turrell.

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  • Cafés
  • Águilas
  • precio 1 de 4

Desafortunadamente no todo en la vida es color de rosa. Afortunadamente en Flamingo Caffe, sí. Esta coqueta cafetería es como un tesoro enterrado, para descubrirlo tendrás que adentrarte al sur capitalino y llegar a Espacio Sur, ahí te espera un colorido paraíso instagrameable en el que tu Regina George interior va a gritar de felicidad.

El lugar es más pequeño de lo que parece, pero no por eso menos recomendable. La decoración es de lo más bonita, rosa por todas partes y sillones con cojines de galleta de jengibre. Sí, seguro ya estás planeando tu visita para subir una foto a todas tus redes sociales, pero espera a que leas lo que hay en la carta, sencilla pero sumamente antojable.

Por las mañanas tienen desayunos, así que no hay excusa para llegar al trabajo con el estómago vacío, ¡o llévate a tus amigos al brunch! Si vas más tarde anímate por una baguette de cochinita, el pan es riquísimo, hecho a base de masa madre y libre de gluten, las cebollas moradas encurtidas que lo acompañan realzan el sabor de manera maravillosa. Para pasarlo pídete la fresca limonada de carbón activado.

Para el diente dulce tienen un esponjoso panqué flamingo de limón con una acidita cobertura de frambuesa. Y no se te pueden pasar las galletas de Chicas pesadas, escuchaste bien, con el Burn Book y todo.

Dan ganas de comerse cada migaja, y por qué no, también chopear, para eso tendrás que escoger entre las distintas opciones de cafés, frappés o chocolates. Ahora que si eres gustoso de ponerle piquete a las bebidas o andas en un mood más aventurero, la opción serán los cocteles y el granizado de rompope, un ganador para amantes de sabores tradicionales.

Si Flamingo Caffe te gustó tanto que quieres llevarte un pedacito de él, pregunta por los vasos muy monos para servir tu café. Por cierto, todos los miércoles se visten de rosa (obvio), así te dan descuento del 20%. Bueno, ¿quién se apunta a venir el 3 de octubre?

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  • Gay y lésbico
  • Zona Rosa

En la ola de antros que se convirtieron en restaurantes o cafés, después de la cuarentena, Rico Club no se quedó atrás. Mientras las noches de sudor y perreo esperan un poco más para retomarse, este antro especializado en la escena LGBT+ en la CDMX aprovechó un espacio en Londres 106 y lo convirtió en Rico Restaurante, y ahora tienen servicio para comer ahí o en modo delivery: es menú de antojitos americanos, tortas, taquitos y alitas con buenas promociones de bebida.

Una drag te conducirá a la entrada, donde te tomarán temperatura y darán gel antibacterial para ingresar a una mesa que se sanitiza frente a ti antes de que tomes asiento. A tu alrededor hay letreros neón y buena vibra al estilo lounge de lo que prometen las buenas fiestas, solamente para echar los bocadillos.

Hay micheladas de sabores por $100, mojitos hasta de un litro a $130 (probamos pepino y frutos rojos, ambos muy bien servidos) y coctelería con mezcal, ginebra y hasta carajillo; pregunta por la cerveza y sus descuentos.

Para antojitos, los nachos con queso y chilli son buena propuesta picosita y de sabrosa carne picada; al igual que las papas envueltas en tocino, aunque el queso pudo tener más sabor. La mini hamburguesa de res con gouda te deja satisfecho por un rato y la torta de cochinita pibil, aunque muy chiquita, tiene un gran sabor con sus respectivas cebollitas moradas.

La terraza permite que tengas más luz natural, por si quieres comer tranquilamente y sin prisas; mientras que el interior y sus paredes negras se antojan para coctelear durante la tarde-noche. Reserva previamente por si les caerás un día entre semana o haz que el sabor de Rico llegue a tu casa con el servicio a domicilio. Pronto regresaremos a bailar, pero mientras ¡a comer! 

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  • Panaderías
  • Roma
  • precio 1 de 4

¿Recuerdas ese secretismo que tienes con tu dealer? Puede ser cualquiera; tu compañero de la escuela que vendía dulces a escondidas o ese conocido con comida increíble. La diferencia es que ellos no tienen local ni puesto.

Así funciona The Secret Donut Society y el requisito es que no puedes contar nada de lo que pasa dentro de la tienda, una de las más extrañas que existen en la CDMX. Serás privilegiado al conocer y probar sus productos. Por lo tanto, quédate callado y obedece a todo lo que te digan; claro, si de verdad deseas salir de ahí con vida (o donas).

Ubicada en la Roma, la tienda es solo para quiénes van decididos porque si no los conoces, jamás pensarías que ahí se venden donas. Es mejor si vas acompañado, sino, invita a un extraño para que no juegues solo. Todo comienza al subir las escaleras hacia el lugar donde seleccionas las donas del menú; el problema será que descubras a quién pedirlas y dónde pagar, recuerda que todo es parte del juego y toma en cuenta que sólo aceptan efectivo. Como pista, es una caja café la que contiene la llave de la felicidad, pero no sabrás qué forma ni sabor tiene hasta que pases las pruebas.

Las donas son de un tamaño particularmente grande, debido a todos los ingredientes que llevan encima. Entre los sabores más codiciados está la de Oreo, con chocolate como base, galleta en trozos y chocolate líquido ¡directo al corazón! También, mi favorita, es la de maple con tocino, que aunque no es tan crujiente como me hubiera gustado, valió mucho la pena probarla. Para tomar hay malteadas, café y leche, así como otras bebidas con nombres súper raros que a primera vista no sabrás qué estás pidiendo.

The Secret Donut Society, estos dealers de donas clandestinas provenientes de Monterrey, mantienen su identidad secreta como lo hacen los grandes superhéroes. Atrévete a vivir esta experiencia, ¿o a sufrirla?

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  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4

La CDMX se torna hawaiana, pues en una de las colonias con mayor riqueza nocturna abrió sus puertas este local que nos llena de aires salinos y playeros. Waikiki Tiki Room es todo lo que dice su nombre: un cuarto tiki, cuya temática evoca la cultura surgida en Estados Unidos inspirada en las islas polinesias con cocteles exóticos.

Walter Meyenberg (Hanky Panky, Huset), su socio Juan Pablo Arredondo y Tomás Bermúdez (chef de La Docena) son las mentes detrás de este concepto, donde hay dos sencillos pasos para una visita provechosa: hacer reservación (con anticipación) y fijarse en cada detalle. De pies a cabeza el lugar es una invasión tropical que te recibe con un aloha plasmado en el mural, lámparas de bejuco y cortina elaborada con conchitas de mar; las decoraciones e inmueble provienen de talentos mexicanos.

Cualquier fiesta tiki puede jactarse del elemento de la diversión, y tras la barra de Waikiki lo tienen muy presente: un cuadro del Capitán de Bob Esponja es indicio de que lo bueno está por comenzar, seguido del show coctelero con el que cada mixólogo domina el área. En mi visita probé el saturn que lleva tanqueray, gin, jugo de limón, maracuyá y jarabes dulces con tono a Caribe; up in smoke es la bebida que no sabías que necesitabas en la vida: mezcal, jugo de piña carbonizada con chipotle infundido de jarabe de agave. 

La cocina es de materia y tono internacional, como un ceviche de coliflor con leche de tigre de coco, suave y cremoso para abrir el apetito. Del lado japonés hay un dashi de chícharo y flor de calabaza tan bien elaborado que se antoja dobletear; infalible pedir tacos de barbacoa wagyu, un premio que cualquier marino agradece con carne suave y tortilla azul resistente.

Waikiki es, también, el barrio de Honolulu, cuyos encantos radican en la energía de quienes gozan los sabores y colores de una mítica cultura. Ahora los turistas citadinos reciben una probada de estas cualidades para transportarse a donde solo hay buena ondez y excelentes tragos.

  • Qué hacer
  • Cuauhtémoc

Las fachadas de los edificios de el Centro Histórico de la Ciudad de México pareciera que son iguales: grandes paredes de piedra que nos remiten a la historia de nuestro país. Eso es lo que se percibe en Casa Franciscana, un lugar que al entrar cambia tu percepción y te ayudará a despejarte de todo el estrés habitual de la ciudad —especialmente del de la zona en que se encuentra— e ingresar a nuevos mundos.

Ubicado en el corazón de la capital del país, lo que hoy es Casa Franciscana antes fue un convento del siglo XVII, y como su nombre lo indica perteneció a la congregación de los franciscanos, por lo que los acabados del lugar —en buen estado de conservación aún— siguen evocando a dicha época.

Ya en el siglo XX, en la década de los sesenta, para ser precisos, el recinto fue una vecindad. Y el nuevo milenio implicó otra transformación: desde hace un par de años es un foro cultural, en donde hay cine, conciertos, convenciones temáticas y puedes disfrutar de comida típica mexicana —en su restaurante, Oaxaqueñísimo.

Sumado a esta oferta cultural, Casa Franciscana también es un espacio que puedes rentar para eventos privados; como actividades corporativas —sí, tu siguiente fiesta godín de fin de año puede ser aquí— y bodas, por darte solo un par de ideas.

Casa Franciscana es un imperdible del centro de la ciudad de México, que siempre tiene un evento para que saques tu pasión por esos temas que no suelen caber en un museo: Star Wars, Harry Potter, Los Simpson y más. ¿No nos crees? Tan solo checa su cartelera y verás.

Considera que en esta época de distanciamiento social, los eventos que ofrece son de cupo limitado —apúrate a comprar tus boletos— y debes portar siempre cubrebocas, además de desinfectarte las manos constantemente con gel antibacterial y respetar la sana distancia. 

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  • Bares deportivos
  • Granada
  • precio 3 de 4

Últimamente los boliches nuevos dejaron de lado la onda retro y de ambiente familiar, pasándose más a la vida nocturna, música fuerte y luces y bolas neón. Una de estas nuevas adiciones es Kingpin en Polanco.

La música es sobre todo pop, las pantallas saltan de Maluma a Ariana Grande. El lugar tiene ocho carriles para jugar, así que puede que si vas en hora pico te toque esperar un poco en la terraza. Lo mejor es ir calentando el brazo con unos snacks y bebidas.

La primera advertencia que me dieron es “no hay cocteles”, así que me eché un clavado para ver lo que sí había. Hay una selección muy completa de cervezas artesanales, malteadas de varios sabores como Oreo o chocochips. La que me hizo leer dos veces fue la malteada de vainilla con whisky así que la pedí, el sabor fue muy parecido al Bailey’s.

La comida tiene varias especialidades que podrían hacer de Kingpin un gran diner, como seis variedades de papas a la francesa, cinco de mac & cheese y seis hamburguesas. A falta de cocteles improvisé con un smoothie de mandarina (también hay de jamaica o mancho chamoy) y le agregué un shot de ginebra.

Después de unos 30 minutos nos asignaran el carril y el mal del puerco ya pesaba. No importa lo que les digan mis amigos, eso fue lo que hizo que perdiera en el boliche. En Kingpin hay que equilibrar entre la comedera, la bebedera y el juego.

  • Coctelerías
  • Condesa
  • precio 3 de 4
Baltra
Baltra

De los creadores de Licorería Limantour, llega a las calles un nuevo bar coctelero: Baltra. Contrario a sus antecesores, el lugar es pequeño, de menú corto y, digamos, “informal” ya que, por su concepto, no tienen meseros ni hostess. Lo anterior no quiere decir que no sean superformales con la atención o el servicio, sino que se quitaron de poses para que las personas detrás y delante de la barra convivieran de manera más cercana, lo cual sin duda se logra.

Además de los cocteles de la carta, tienen algunos menús de temporada que suelen cambiar con frecuencia y que aparecen anotados en un pequeño pizarrón a la izquierda de la barra. Si tienes suerte, el día que vayas vas a encontrarte con su versión del clásico sazerac, que aquí se sirve con mezcal.

Si no, para estos días en los que el sol ya comienza a calentar demasiado nuestros asfaltos, hay un trago esplendorosamente fresco: el lavandula, que lleva bourbon, Cynar, lavanda y un toque de cítricos. Es el ying-yang de los tragos. Fuerte gracias al bourbon, pero delicado por la lavanda. Herbal por el cynar —licor de 13 hierbas— y frutal por los cítricos. Oh, sí. El día y la noche. Lo masculino y lo femenino. Lo podría pedir tres veces seguidas, pero la cosa es que hay que ir probando recetas nuevas.

Las botanas tienen la magia de lo sencillo: variedad de aceitunas acompañadas con salsa de la casa —presiento que contiene salsa Maggi, lo cual es pecado, pero la verdad es que el resultado es bueno— y huevitos de codorniz (sumergidos en la misma salsa), que antes sólo había encontrado en provincia y que celebro ver ahora en la ciudad. Hay lonches para quienes quieren algo más llenador —el de pato con salsa de tamarindo se antoja— y opciones vegetarianas hechas con tofu.

De la música, no hay queja. Si tuviéramos que encasillarla en una playlist de Spotify, quizás sería en la de “hipster feliz” y, considerando a la clientela, la verdad es que la selección es bastante atinada.

Aún no se populariza tanto, así que llegando alrededor de las 7 u 8 siempre hay lugar. Por alguna razón que no puedo explicar —quizás la luz baja, los silloncitos cómodos, el paso apretado por el pasillo que lleva al baño—, presiento que es un lugar bastante apto para el buen ligue, así que recomiendo un poco de producción en los atuendos (nunca se sabe). Otro punto a favor para este barecito es que se une a la ola de los lugares que abren hasta los domingos, día que —extraña, pero muy afortunadamente— se está convirtiendo poco a poco en un día fuerte para la vida nocturna de esta honorable ciudad.

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  • Cafés
  • Roma
  • precio 2 de 4

Por la ventana de esta cafetería se asoma un letrero neón que resume su personalidad: "Don't Eat Shit" (no comas basura, por decirlo lindo). El interior es verde y rosado– como un flamingo– de pies a cabeza, con un sentido tropicaloso que inspira el concepto de comida 100% orgánica y refrescantes bebidas.

Entre los ingredientes hay nombres que desconocía, como la espirulina azul de mi blue matcha. Me explicaron que es un superalimento, antioxidante y proteínico que traen de Australia. También lleva leche de almendra, menta, limón, un shot de matcha y otro de café; los tonos dulces no se pasan, se resalta el sabor herbal y fresco del té.

Para hambrientos como yo, hay bowls llenadores al estilo poke, prácticos y fotogénicos. Probé el hanói warrior, arroz salvaje de base, cremoso tofu, edamames, alga wakame, sandía y camote dulce. El sabor del alga es mi favorito porque no lo encuentras en cualquier lugar (fuera del sushi) y aquí se percibe armonioso con el dulzor del camote.

Debo de admitir que me fue poco usual comer en moldes de plástico, pero resultó útil porque al llenarme solamente le puse la tapa para después guardarlo en mi bolsa. El envase es completamente biodegradable, para no traicionar al espíritu saludable y orgánico del lugar. 

No te puedes ir sin tomar una foto, ya sea de la comida o los letreros neón (que están hasta en el baño), colores y sabores que gritan que la comida saludable es todo menos aburrida.

  • Shopping
  • Del Valle

Gaby y Yoss son amigas y emprendedoras desde hace años, ambas comparten un amor desmedido por la belleza y ahora, junto con Mike Elizalde, son socias de uno de los salones de belleza más prometedores de la Ciudad de México. Aunque, para ser sincera, GY Experience es más que un simple salón: su menú de servicios es enorme, hay cabinas de masajes, tratamientos dignos de un spa y, por si fuera poco, las instalaciones son deslumbrantes.

El interior es un sueño en color pastel. Las flores y los letreros neón decoran las paredes blancas de la planta baja y una amplia escalera dorada te eleva a las zonas de servicios y tratamientos especiales. Acomódate en uno de los sillones capitoneados y pide una bebida (té, café o frappé de la casa) para comenzar tu experiencia.

Una de las especialidades son las uñas en todas sus formas y colores. Las manicuristas son expertas en acrílico, gel y diseño a mano alzada, además están al tanto de las tendencias y siempre te sugieren diseños únicos y fuera de lo común. En mi visita yo me fui por algo simple: uñas esculturales en un solo color, y debo confesar que nunca había recibido tantos cumplidos por mis manos como en esta ocasión. Además, el color permaneció intacto por más de 25 días.

Los servicios de cejas y pestañas también son de lo más pedido en GY Experience. Para las cejas está el famoso microblading que dibuja —pelito a pleito— una ceja más gruesa y definida: para las pestañas hay extensiones y lifting con botox y ketarina.

Para complementar la experiencia, también hay faciales, masajes relajantes, de alta frecuencia, maderoterapia, depilaciones con cera y tratamientos capilares. Puntos extra por su gran poder de permanencia, ya que con todas estas opciones nunca te vas a querer ir de GY Experience.

Antes de la nueva normalidad, el salón descansaba los domingos, pero desde hace unas semanas, GY Experience abre todos los días. El acceso es únicamente con cita, pues el aforo es limitado y solo se permite la entrada con cubrebocas. Si aún no te sientes lista para salir a calle, échale un ojo a su tienda en línea y pide algunos de sus kits de mani, pedi y spa para vivir la experencia sin salir de casa.

Recomendado: Los mejores salones para ponerte extensiones de pestañas y los mejores spas que debes conocer solo o en pareja.

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  • Asiática contemporánea
  • Condesa
  • precio 2 de 4

Hay espacios en la Ciudad de México que te trasladan a otras latitudes sin necesidad de un pasaporte. Es el caso de este acogedor rinconcito de la Condesa: entre bocado y bocado, y su cuidadosa decoración, entrar a Suuwaii se siente como una visita express a Asia.

Desde que te acercas a la acera, este restaurante inicia con el viaje: una barra con sillas en la calle —al mero estilo del street food asiático— te coquetea para que te comas ahí, por si tienes prisa, una de sus satays (brocheta); las hay de pollo, rib eye, cordero, camarón, pork belly y hasta de alacranes —por si eres de espíritu audaz.

La teletransportación se concreta al pasar el arco de la puerta, cuando observas los letreros con luces neón, en español y también algunos con grafías japonesas y chinas, y las lámparas de bambú que prenden del techo. Habrá momentos en los que te sentirás dentro de un anime.

La cuidadosa ambientación de Suuwaii se refleja proporcionalmente en los platillos y sus presentaciones. En mi visita, empecé con una ensalada de kale, muy simple a la vista pero con un sabor adictivo; el kale —súper crujiente— apenas se acompaña con ajo, soya y aceite de ajonjolí, suficiente como para querer repetir. Aunque, claro está, mejor le di oportunidad a otro platillo.

Seguí con un bun —pan chino al vapor— de pork belly, que se sirve con una salsa agridulce y se acompaña de vegetales, como pepino y zanahoria. Cada mordida se siente jugosa y se disfruta por la consistencia suave de la carne, ¡además viene en la vaporera tradicional de bambú!, ¡te vas a enamorar!

¿Fan de los calditos? Más vale que pidas un curry khao soi o curry amarillo; es un fideo de ramen, acompañado de hierbas aromáticas, cebolla morada, leche de coco y echalote frío. Como las porciones son generosas, para ese momento ya no podía más, pero obviamente le di oportunidad a una de sus gyozas; tienen de cerdo, verduras y camarón, mi favorita fue la de pato.

Suuwaii se antoja para ir con los amigos y ponerse al día. Por su menú extenso y suculento, te recomiendo que compartan platos para que todos prueben cada una de las delicias que aquí se sirven; y para acompañar la plática y los sabores, qué mejor que pedir una chela de aquellas tierras lejanas.

Este tour express por la comida callejera de Asia no te dejará cansado, pero sí harto satisfecho y con muchas ganas de regresar otro día por más.

  • Heladerías
  • Condesa

Les cuento que mi primera vez tomando vodka de tamarindo fue en una heladería que promete ser un hit: Icetronauta, un pequeño local de helados con alcohol en la Roma.

¿No se te antoja saber a qué saben Andrómeda, Neptuno, el Big Bang o Rick y Morty? Así de curiosos van los nombres de estos galácticos helados, cuya presentación es en rollo. Sigue la luz de un astronauta neón de casi dos metros y darás con ellos, tienen mesas para dos y paredes de color negro.

Viajé por la creación de la galaxia con el big bang de vodka a base de tamarindo, le echan trozos de mango y piña y topping de skwinkles y tamborcitos: cada ingrediente se siente en la boca dejando toques ácidos y picositos. El captain beboop te lleva a través de las nebulosas entre cucharadas de helado de yogurt griego, frutos rojos, bombón flameado y chocolate de avellana.

El viaje estelar es para todos, por ello tienen un helado vegano y tú mismo puedes hacer las creaciones que quieras. Y para ya no generar basura especial (metafóricamente)
las cucharas son de hueso de aguacate y todos los vasos son biodegradables. Aprovecha los martes de 2x1 para despegar en pareja y descubre nuevos sabores

Midorys Canales

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  • Qué hacer
  • Zona Metropolitana

Una salida sin fotos es como no haber pasado de la puerta. Y cada vez somos más personas las que cuidamos sigilosamente las imágenes que subimos a nuestro Instagram. Así que se agradecen los espacios instagrameables o photo opportunities, como este lugar que se encuentra en el centro-sur de la CDMX y que sacará a relucir al influencer que llevamos dentro. Nos referimos al Museo de Selfie.

El espacio pertenece a Flamingo Caffe y se encuentra justamente arriba de éste. El selfie studio, como se le conoce a este concepto, cuenta con siete salas, cada una decorada con una o dos temáticas diferentes. Así encontrarás una bañera de pelotas rodeada de muchas plantas, un spot repleto de luces neón, una pared tapizada con periódicos y unas salas completamente rosas. 

Para sacarle jugo a los photo opportunities, deberás consumir al menos $100 (por persona) en Flamingo Caffé. Si solo quieres entrar al selfie studio deberás pagar $220 por persona en el mismo café y te darán acceso a las locaciones por dos horas. Puedes llevar todo tipo de cámaras, así como hacer uso de tripiés. Como tip, te recomendamos llevar más de un outfit o diferentes accesorios para armar diferentes sesiones de fotos.

Como último punto a considerar es que, al ser parte de Flamingo, a veces usan los espacios para servir a los comensales y no serás tan libre de aprovechar las salas. También es posible que haya más personas y tengas que esperar para utilizar alguno de los sets, así que procura llegar temprano para tener los spots solo para ti.

  • Arte
  • Artesanías
  • San Rafael

¿Esta es una galería con mucha carne o es una carnicería con mucho arte? En este nuevo lugar, ubicado en la San Rafael, encontrarás las dos pasiones de su director, Jacobo Márquez: cortes y piezas de arte. Hablamos en serio: al ingresar estarás frente a un refrigerador con tus cortes favoritos, desde la clásica arrachera, pasando por T-bone, hasta la exclusiva tomahawk; mientras en las paredes posan las piezas que marcan una delgada línea entre el arte popular y el arte contemporáneo.

Carnigalería se llama este espacio y en su techo se aprecia el contorno de una res creado con iluminación neón por el socio de Jacobo, Claudio Sodi, lo que dota al lugar de una personalidad única.

En cuanto a la selección de piezas que se exhiben, Jacobo y Claudio se han enfocado en elegir artistas que ya tienen un recorrido en el mundo del arte, y sobre todo a quienes le han dado a la artesanía un giro diferente para convertirlas en piezas de arte contemporáneo.

Aunque la galería no está centrada solamente en artistas nacionales, en estos primeros meses las paredes albergarán las obras de mexicanos como Olegario Hernández con sus litografías y tallados en jícara. También están José Ángel Santiago y sus dibujos, en los que las estrellas se convierten en las protagonistas; Ana María Alarzon con sus platos y comales realizados a partir de reducciones de barro (barro negro); las explosiones coloridas en las pinturas de Ismael Sentíes, y las cabezas de barro que funcionan como sillas creadas por Adrián Martinez.

En relación con los cortes premium de carne, los cuales provienen de ranchos de Oaxaca y Monterrey, tienen precios accesibles que van de los $200 a los $1,000 por kilo. Aunque también puedes conseguir salmón, jamón, chorizo, atún, top sirloin y hamburguesas, los cuales van cambiando conforme Jacobo va descubriendo carnes que, desde la experiencia de su fino paladar, merecen estar en la carnicería.

Si tu intención es comprar arte, hay para todos los bolsillos con un promedio entre $500 y $3,000. Puedes hallar tapetes y rebosos de lana, platos y vasijas, macetas de barro con intervenciones o incluso algunas piezas de cera de abeja, la mayoría con origen oaxaqueño y chiapaneco. Cabe mencionar que las obras también van rotando, por lo que en cada visita seguro encontrarás a la venta diferentes piezas.

Carnigalería es un espacio en donde se respira la calidad de la carne y de los artistas. Sobre todo, porque Jacobo procura generar una suerte de complicidad entre él y los artesanos con los que se relaciona para guiarlos en el camino de explotar sus dotes creativas y darles una nueva perspectiva contemporánea, todo esto sin cambiar la esencia de sus obras.

Sin duda, encontrar una carnicería dentro de una galería o una galería dentro de una carnicería se convierte en un juego que se tiene que experimentar en persona y que genera una especie de catarsis. Te dejará muy satisfecho.

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